“Es una situación en la que solo podemos mejorar”. 365 días después, es evidente que las expectativas con las que llegaba Clarence Seedorf en su presentación como técnico del Deportivo no se cumplieron. Ha pasado un año de su desembarco en el conjunto coruñés, una etapa que cerró con el descenso a Segunda División después de no haber podido enderezar el rumbo.
El 4 de febrero de 2018, el Deportivo, que había iniciado la temporada con Gaizka Garitano (actual entrenador del Athletic Club) en el banquillo, destituyó al segundo técnico de la temporada, Cristóbal Parralo (ahora al frente del Alcorcón).
El cordobés había sido subido a la primera plantilla el 24 de octubre después de haber triunfado con el filial, con el que había ascendido a Segunda B unos meses antes y al que mantenía al frente del grupo I de esa categoría.
Su debut llegó en la Copa del Rey con una goleada en contra ante la UD Las Palmas en el estadio de Riazor (1-4) en la ida de los dieciseisavos de final, pero en Liga se estrenó con un triunfo ante el mismo adversario y como visitante (1-3). Esa fue una de las dos únicas victorias que consiguió en el torneo de la regularidad como preparador del Deportivo.
La otra llegó ante el Leganés (1-0) el 9 de diciembre y desde entonces no volvió a celebrar triunfo alguno, enlazando una serie de siete partidos sin ganar (dos empates, cinco derrotas) que llevaron al equipo a las posiciones de descenso. El detonante de su despido fue el 5-0 que encajó en el campo de la Real Sociedad el día después de que el presidente del equipo, Tino Fernández, hubiera confirmado públicamente que, pasara lo que pasara en Anoeta, el técnico iba a seguir al frente del equipo, si bien precisaba que los resultados tenían que mejorar.
A la hora de sustituirle, el club sondeó varias posibilidades. La primera, Martín Lasarte, que descartó la incorporación; después, el charrúa Diego Alonso, técnico del Pachuca mexicano, que aceptó, pero no contaba con la licencia para dirigir en España; y el tercero, Clarence Seedorf, que se había ofrecido a hacerse cargo del Depor. Fue el séptimo entrenador con Tino Fernández como dirigente.
Poca experiencia
Su fichaje generó dudas desde el inicio. Una encuesta de este diario entre las peñas del Deportivo el mismo día de su fichaje revelaba que, en su opinión, Seedorf no respondía al perfil necesario para reflotar al equipo.
Todo lo contrario vendió el técnico en su presentación con un discurso que incrementó los índices de confianza en él con los mismos ingredientes (“Convicción, fortaleza y energía”) que habían convencido previamente a Tino. “Ese golpe de creer, de adrenalina y de liderazgo lo necesitamos; no somos tan malos”, aseguraba el presidente al lado del técnico en la sala de prensa de Riazor.
Uno de los hándicaps con que se presentaba Seedorf era su falta de experiencia en los banquillos.
Su primera experiencia había sido con el Milán entre el 16 de enero de 2014, poco después de retirarse como futbolista, y junio de ese mismo año: 22 partidos (11 ganados, 2 empatados y 9 perdidos, 28 goles a favor y 26 en contra). Su segunda etapa en los banquillos la había tenido en el Shenzhen chino, al que dirigió en 13 encuentros (3 ganados, 4 empatados y 6 perdidos, 16 goles a favor y 24 en contra).
Seedorf se defendió poniendo de ejemplo a Zidane: “Igual tenía menos experiencia que yo cuando empezaba con el Madrid y mira lo que ha hecho”.
Veía “potencial” en el Deportivo y también “ganas de trabajar y de salir” de la situación que atravesaba: “Creo que el grupo tiene valor, capacidad técnico-táctica para salir de la situación. Lo que falta es moral, capacidad psicológica, identidad en el campo y por eso estoy aquí. Hay que cambiar la energía, ser positivos”. Poco duró.
Reacción tardía
Después de haber debutado con una serie de ocho partidos sin ganar, tuvo un amago de reacción con triunfos ante el Málaga y el Athletic, pero en eso quedó. Después, empató con Sevilla y Leganés y certificó el descenso con el Barcelona (2-4) con tres jornadas por delante. Su balance fue de dos victorias, seis empates y ocho derrotas.
Se ofreció a continuar en el Depor en Segunda, pero el club, con Carmelo en la dirección deportiva, lo desestimó.