Todo lo que no sea una victoria azulgrana, o puntuar para el Betis, en el partido en el Camp Nou va a tener un calado negativo en alguno de los dos equipos, cuando LaLiga no ha hecho más que empezar y las elevadísimas exigencias llevan a las entidades a vivir cada tropiezo como una catástrofe.
El equipo culé tuvo un decepcionante debut la semana pasada en San Mamés, donde cayó por uno a cero en el último minuto, y se presenta para el partido contra el Betis sin casi delanteros, por la lesiones del uruguayo Luis Suáez, que no acabó el partido inaugural del torneo de la regularidad, y de Ousmane Dembélé, quien sí que lo hizo y parece que escondió una dolencia, que ha acabado con una importante rotura muscular y cinco semanas de baja.
Recuperación necesaria
La recuperación de Lionel Messi, quien aún no lleva ni un minuto jugado desde que empezó el curso, se hace más que necesaria para el Barça.
Con este panorama, el técnico Ernesto Valverde tendrá que echar mano de jóvenes del filial, si al final opta por dejar fuera al argentino, para acompañar en la ofensiva a Antoine Griezmann, a la espera de si Rafinha está recuperado tras perderse el entrenamiento del viernes por una gastroenteritis.
En la línea anterior, y después del experimento fallido de Valverde en San Mamés, se espera que Sergio Busquets recupere la titularidad, y que ésta la comparta con De Jong y Rakitic.
En una nueva semana en la que el ruido por el interés en recuperar a Neymar no ha decaído en Can Barça, en una operación económica que se presenta con un gasto descomunal para la entidad, todo lo que no sea un triunfo de los azulgrana contra el Betis no haría más que echar gasolina a la situación tensa que se vive en el club catalán sobre la idoneidad de recuperar al futbolista brasileño, y que en ocasiones parece estar pendiente de los resultados del conjunto.