Álvaro Rey, atacante del San Tirso, vivió un partido de lo más especial en Viveiro. Varios miembros de su familia asistieron al partido en Cantarrana y pudieron ver cómo el delantero anotó el gol de la victoria (2-3) para su equipo en el tiempo añadido después de estar 2-0 por debajo en el marcador.
¿Qué te pareció el partido?
Fue un partido muy difícil en el que empezamos perdiendo muy pronto. En prácticamente sus dos primeros tiros ya se pusieron ganando 2-0 y nos vinimos un poco abajo. Pero ya en los últimos diez minutos de la primera parte supimos reaccionar y frenar sus ataques. En la segunda parte salimos decididos, sin nada que perder, y todo el mundo tuvo un cambio de chip importante. Por todo lo que hicimos y superamos, nos merecimos llevar la victoria.
¿Qué pensaste con el 2-0?
Fue un momento duro porque veníamos de encajar seis goles en las dos primeras jornadas. Pero soy una persona que nunca deja de creer y sabía que en cualquier momento nos podíamos meter en el partido.
¿Cuál fue el momento qué te hizo pensar en que se podía remontar?
Ya hemos remontado más veces y sabía que si metíamos un gol rápido, se podía remontar. El fútbol es así y por eso es tan bonito, en dos minutos todo puede cambiar.
¿Cómo recuerdas tu gol?
Gran parte de mi familia fue a verme y tenía en la cabeza que iba a marcar seguro. Cuando se me presentó esa ocasión sabía que el balón iba a ir para dentro. Fue quizá uno de los mejores goles que he metido en cuanto a sentimiento, por todas las emociones que juntó.
¿Cómo fue la celebración?
Fue con mucha emoción. Mi padrino estaba en la grada justo al lado y me lancé sobre él, fue un momento de euforia máxima. En el vestuario estamos muy contentos de poder haber remontado dos partidos, pero somos conscientes de que tenemos que cambiar el chip y empezar desde arriba a defender mejor y en bloque.
¿Qué conclusiones, negativas y positivas, sacas del partido?
Lo negativo es que tenemos que mejorar en defensa. Lo positivo es que hemos demostrado que nunca se nos puede dar por muertos. Con esta actitud de no rendirnos, podremos plantar cara a cualquier rival.