Desde la jornada 18, la primera que se disputó en 2020, no hay un equipo que haya conseguido mejores resultados en Preferente Norte que el Sofán. Ha sumado 19 puntos en las últimas ocho jornadas, uno más que Noia y Fisterra y dos más que el todopoderoso Viveiro, y ahora afronta el tramo final de liga con una mezcla entre tranquilidad y ambición. Las posiciones de ascenso directo y promoción quizá todavía le quedan algo lejos pero su actual ritmo de puntuación debería hacer saltar las alarmas de los dueños de los puestos de privilegio.

La dinámica positiva del equipo dirigido por Alberto Rodríguez comenzó a finales del pasado año. El Sofán se plantó en la jornada 15 con tan solo 15 puntos tras una serie de siete encuentros sin ganar, pero el 15 de diciembre empezó el despegue con una victoria en casa ante el Laracha (3-1).

A partir de ahí, el Sofán solo ha vuelto a perder en una ocasión, en la jornada 20 contra el Montañeros (2-1), y ha conseguido vencer a equipos de todo tipo como el Boiro (5-1), el Lemos (0-1), el Xallas (7-1), el Noia (2-1), el Foz (1-3) y la Residencia (3-2). Resultados que reflejan la línea ascendente que atraviesa el equipo.

Análisis del técnico
Alberto Rodríguez, entrenador del Sofán, destaca el trabajo y la confianza que dan las victorias como principales razones de la mejoría.

“Las dinámicas, las buenas y las malas, se terminan. Estuvimos en un momento malo hacia final de año, pero con el trabajo que veníamos haciendo conseguimos hacer buenos partidos y a medida que los puntos se van sumando, la confianza aumenta. Ahora el equipo está cada vez más estable y tenemos más claro lo que hacemos bien y cómo hacemos daño. El trabajo y la confianza hicieron que los resultados llegasen”, afirma Alberto Rodríguez, que recaló el pasado verano en el Sofán.

El técnico reconoce que el club era consciente de las dificultades que suponían los cambios tanto en el banquillo como en la plantilla, pero apunta que la paciencia fue clave para asentar el equipo. 

“Sabíamos que el inicio iba a ser difícil porque el club sufrió en verano bastantes modificaciones. Por ejemplo, en la línea defensiva son casi todos los jugadores nuevos así que teníamos claro que algunas cosas iban a llevar tiempo. A medida que las estructuras tácticas se asentasen sabíamos que cada vez íbamos a tener más claro cómo defender. Además, somos un equipo con mordiente arriba que cuando es vertical hace daño. Poco a poco se fue unificando una idea que ahora está dando sus frutos”, recalca el míster, que considera que “lo mejor que hizo el grupo (durante la racha de siete partidos sin ganar) fue normalizar el trabajo, saber que con buenos partidos los resultados llegan y mantener la calma en esos malos momentos”.

Motivo de orgullo
Por último, Alberto, que no se marca objetivos más allá de “competir todos los partidos”, reconoce que su principal motivo de orgullo a  lo largo de la temporada “es el trabajo diario de los jugadores y del resto del cuerpo técnico. Los jugadores que se quedan fuera de la convocatoria seguramente lo hacen de manera injusta pero suman desde fuera y los jugadores que salen de banquillo también aportan lo que les pedimos. Ese es el secreto. Saber que a lo largo de año hay oportunidades para todos y el objetivo colectivo es sumar de tres en tres”.

La próxima cita del Sofán es el próximo domingo ante el Atlético Arteixo, otro de los equipos más en forma de la liga. El objetivo del conjunto de O Carral es continuar la escalada hacia la tranquilidad.