El francés Lucas Pouille no participará en el US Open, programado del 31 de agosto al 13 de septiembre, según ha afirmado su entrenador Loic Courteau. En declaraciones a la cadena de TV Bein Sports, Courteau comentó que él no irá a New York “porque Lucas no jugará el torneo”.
Hace unas semanas, el jugador francés, actualmente unbicado en el Nº58 del ránking de la ATP, había anunciado su interés en este Grand Slam –el cuarto y último de la temporada, aunque este año será el segundo que se celebre, tras el Open de Australia en enero–, aunque dijo que las estrictas regulaciones de seguridad derivadas de la pandemia del coronavirus podrían llevarle a cambiar sus planes.
Desde entonces, la pandemia ha seguido propagándose en Estados Unidos y por ello se espera que las condiciones de seguridad sean todavía más estrictas.
Este cambio de decisión de Pouille puede deberse también a que a principios de temporada sufrió una lesión en un codo, de la que no se encuentra recuperado. El tenista francés, por tanto, se perdería también el Masters 1000 de Cincinnati, que se disputará excepcionalmente en las pistas de Flushing Meadows, las mismas que acogena cada año el Open USA, una semana antes del torneo de Grand Slam.
Con esta baja, y las casi seguras de Rafa Nadal (Nº2 mundial), el serbio Novak Djokovic (Nº1) y el belga David Goffin (Nº10), quien afirmó recientemente que no estaba seguro de acudir allí, el ‘major’ estadounidense comienza a tambalearse, sobre todo después de que la ATP decidiera que los jugadores no tienen la obligación de defender los puntos conseguido en estos meses del año pasado. Además, el hecho de que el Masters 1000 de Madrid comience un día antes del final del US Open tampoco invita a viajar a New York a los jugadores y entrenadores. Allí se supone que habrá una ‘burbuja’ tipo NBA, durante las semanas de concentración para el torneo de Cincinnati y el de Grand Slam.