El Deportivo retomará la competición este domingo a las 17 horas en el Abanca Riazor recibiendo al Sporting de Gijón de un viejo conocido, el exblanquiazul Miroslav Djukic.
El técnico serbio volverá a medirse a su exequipo sentado en el banquillo de la entidad asturiana, un plantel al que el transcurso de la competición le ha hecho replantearse sus objetivos de la campaña. El ascenso parecía la normal aspiración del conjunto sportinguista, pero con 41 puntos en su casillero tiene primero que atar, cuanto antes, la permanencia.
“El objetivo se ha torcido un poquito y en este momento parece que estamos en una situación en que ganas y estás en la lucha por no bajar. El objetivo del Sporting es siempre subir, pero quiero ir partido a partido, no quiero crear euforias, que ahora no toca”, indicó el preparador en una conferencia telemática del Comité Gallego de Entrenadores.
Posesión con criterio
Djukic admitió en esa pasada ponencia que quería que su equipo tuviese el dominio del esférico, pero con algún motivo y tratando de sacarle partido. “A mí me gusta que mi equipo tenga el balón, pero no quiero una posesión estéril”, matizó el técnico.
Un estilo de juego que podría beneficiarle al Deportivo de Fernando Vázquez, sobre todo al de sus primeros partidos, al que no le importaba ceder la pelota y cazar a su rival a la contra, gracias a la velocidad de sus jugadores de banda.
Entre los futuribles
Aunque nunca se ha llegado a cerrar su incorporación como técnico del Deportivo su nombre siempre ha sonado cada vez que el banquillo blanquiazul se quedaba sin inquilino. Él, pese a su discreción, nunca ha escondido que le gustaría dirigir en algún momento al equipo herculino.
Una escuadra en la que se forjó un nombre como uno de los zagueros más elegantes de España y para siempre ligada a su vida futbolística por el fallo en el penalti ante el Valencia del 94.
Una fatídica fecha que cumplió 25 años el pasado mes de mayo de 2019.