El Betis y el Sevilla empataron a uno en el derbi del Villamarín, donde los béticos mostraron más ambición y una gran mejoría ante su eterno rival, que pecó quizás de excesivo conservadurismo y en el que el marroquí Yassine Bono evitó el triunfo local al pararle un penalti al francés Fekir.
En un derbi de nuevo sin público y marcado por la COVID-19, por los positivos de los béticos Joaquín, Guardado y Montoya en la víspera y que se sumaron al de Álex Moreno, el Betis, con 9 bajas en total, tuvo que sobreponerse a la adversidad, recuperó al meta chileno Bravo y apostó por Canales, el mexicano Lainez y Loren.
Con mucha precaución por ambos bandos, lo propio en un duelo de máxima rivalidad sevillana, y en especial por parte de un Sevilla más apocado de lo habitual, el choque comenzó igualado e intenso en una primera mitad con escasísimas ocasiones, aunque con un mayor empuje de los verdiblancos.
En la reanudación, Lopetegui dejó entrever su descontento con el naufragio de su medio campo y el primer tiempo de los suyos. Movió ficha dando entrada al croata Ivan Rakitic, por un Óliver Torres muy perdido, y al marroquí Youssef En-Nesyri -su máximo goleador con 9 tantos, 5 en Liga- por un impotente De Jong, muy solo arriba.
Esta sacudida del árbol en el Sevilla, antes receloso en exceso e inferior a un Betis con más ideas, le dio sus frutos pronto, pues a los 3 minutos En-Nesyri aprovechó un grave error del argelino Mandi, cuyo despeje lo interceptó Ocampos, y el pase atrás del marroquí lo recogió Suso en el área para batir de un tiro ajustado a Bravo. Canales lo neutralizó de penalti.
El Sevilla mejoró y lo intentó en ocasiones del argentino Lucas Ocampos y luego del serbio Gudelj, aunque entre medias el Betis, más incisivo, tuvo el triunfo en sus manos, pero no lo aprovechó al errar Fekir un penalti del argentino Acuña sobre él mismo al hacer una gran parada Bono.