En el nombre del padre
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En el nombre del padre

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Para la práctica totalidad de los asistentes al RC Deportivo-Mirandés este encuentro no pasará a la historia ni mucho menos por la mediocridad del juego exhibido por ambos.

No lo fue así, sin embargo, para Daniel Vázquez, un hincha proveniente de Argentina que a los 65 años vio cumplido el sueño de conocer in situ el estadio del club de los amores de su progenitor, fallecido hace cinco décadas y que le legó a su hijo la pasión por el RC Deportivo de La Coruña. 

Esta singular historia de devoción por la entidad herculina se remonta a los duros años 30, cuando un jovencísimo Pedro Vázquez —impenitente deportivista y natural de Coirós— se vio obligado a labrarse su futuro en Buenos Aires.

“Desde pequeño soy aficionado del Deportivo, es algo que me inculcó mi padre desde niño, desde que tengo uso de razón. Él era natural de Galicia, en los años 30 emigró a Argentina y era muy seguidor del Depor. Nada más llegar a Buenos Aires buscó los colores del equipo coruñés y se hizo ‘fan’ de Racing de Avellaneda porque también son blanquiazules. Se dedicaba profesionalmente a confeccionar ropa como sastre pero el fútbol era su pasión”, destacó.

Este profesional de la información deportiva se ha pasado mucho tiempo planificando su particular homenaje a la tierra de sus raíces familiares.

“Llevaba muchos años planeando la visita a Riazor pero antes era más complicado; mi padre murió muy joven en los años 70 y me hubiera encantado venir con él pero no pudo ser. Antes los pasajes todavía eran más caros que ahora, formé una familia y siempre hubo que tirar para adelante sin demasiados lujos. En 2017 estuve a punto de venir porque estaba Germán Lux, conozco a su hermano porque jugó en Racing. Fue una pena que no hubiese sido antes”, agregó.

Minutos antes de las 21.00 horas del pasado domingo la emoción se apoderó por completo de Daniel al cruzar el umbral de las puertas de acceso del estadio de Riazor.

“Me emocioné muchísimo al entrar en Riazor, me acordé tanto de mi padre... realmente era él el que estaba viendo el partido contra el Mirandés. Pero con mis ojos. Fue muy bonito. Me puse a llorar como una criatura. Me quedé anonadado”, confesó a dxt.

Pese al resultado de 1-1, insuficiente para tomar aliento en la clasificación, este impenitente adepto expresa su satisfacción por haber podido conocer a la afición del Depor.

“El ambiente de Riazor y de la hinchada me parece fantástico, hay mucho más respeto que en Argentina; me llamó la atención la alegría de la afición del Depor incluso en  momentos delicados”, subrayó.

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