El Rayo Vallecano inició el año con una victoria frente al Girona gracias a un tanto a los 28 minutos del central Alejandro Catena, que también se encargó de frenar como líder de la defensa al uruguayo Cristian Stuani, máximo goleador de Segunda con 16 tantos.

El equipo madrileño ofreció su mejor versión de la temporada en una primera parte en la que se mostró atrevido, protagonista y dominador del juego ante un rival que fue de menos a más en los primeros cuarenta y cinco minutos.

El premio a su empuje le llegó al Rayo Vallecano con un gol a los 28 minutos de Alejandro Catena, que remató dentro del área un balón muerto que se encontró tras un saque de esquina.

Antes, el conjunto de Paco Jémez perdonó al Girona hasta en tres ocasiones en las que se encontró siempre con Riesgo. Primero con una jugada personal de Tito que repelió el portero por bajo, después con un disparo lejano de Embarba que desvió a córner y por último con un cabezazo de Mario Suárez que sacó en la línea de gol.

Al Girona le costó encontrarse cómodo en el césped, pero cuando lo hizo, a falta de diez minutos para el descanso, puso en apuros al Rayo, sobre todo con la velocidad de Marc Gual, que probó a Dimitrievski con un potente disparo que el macedonio atrapó por bajo.

Stuani, desaparecido
El que estuvo desaparecido durante todo el partido fue el uruguayo Cristian Stuani, poco participativo, sobre todo por alto, debido al férreo marcaje que le hicieron Catena y Milic.

Tampoco fue determinante en el Girona el lateral izquierdo colombiano Johan Mojica, que no dio profundidad a su equipo en la primera parte y en la segunda protagonizó un bonito duelo de velocistas con el peruano Luis Advíncula en más de una ocasión.

El partido decayó en intensidad en la segunda mitad, en parte debido a los parones por faltas, y esa circunstancia le vino mejor al Girona, que ganó metros y de nuevo Marc Gual, a los 70 minutos, tuvo una ocasión muy clara con un remate cruzado que se marchó fuera.

Esa acción dio paso a los mejores momentos sobre el césped del conjunto catalán, que no renunció a irse de vacío y acabó asediando con más intención que acierto el área del equipo madrileño, que vio peligrar su victoria con un último disparo de Borja García que se marchó fuera por poco.