El Deportivo recuperó en este playoff de ascenso la sintonía perdida con su afición. Una comunión restablecida en gran medida gracias al pundonor de un equipo que creyó cuando ya nadie creía y que muchos dicen que empezó con aquel penalti in extremis ante el Mallorca.

Un partido en el que, sin embargo, apenas hubo 14.000 espectadores en las gradas, por los más de 20.000 que estuvieron presentes en los partidos de promoción ante el Málaga y el último contra el cuadro bermellón.

Un ambiente que recordaba a las grandes citas y un estadio que cantaba al unísono, que contrasta con la decepción que supuso la mala imagen que mostró el equipo en Son Moix. Una falta de actitud y carácter que reprochó la hinchada a unos jugadores que les habían hecho volver a creer.

Volver a empezar
Pero, como la afición sabe que el club los va a necesitar más que nunca, ya ha empezado a conjurarse para el año que viene. En la noche de San Juan no era extraño escuchar a aficionados que, portando orgullosos su elástica del Deportivo, admitían que ya estaban pensando en renovar su abono. Los seguidores del Deportivo están cabreados con la imagen mostrada por alguno de los jugadores, en el partido ante el Mallorca y en general, pero eso no quiere decir que vayan a renegar del club de sus amores. Como decían el domingo algunos en redes sociales “en Primera, en Segunda o en Tercera” seguirán siendo fieles a unos colores.

La incógnita es ahora cuándo se iniciará la campaña de abonados de la temporada 2019-20 y qué política de precios adoptará la directiva que preside Paco Zas, al tener que hacer frente a otro año en Segunda y haber visto reducidos los ingresos y presupuesto para el curso venidero. Tino Fernández, su antecesor en el cargo, redujo en un 5% el precio de los carnés con respecto a Primera División.

El club sabe que tendrá que apretarse el cinturón este año pero quiere que la llama de la afición que se ha prendido, ese fuego, no se extinga.