No pudo arrancar nada positivo el Fabril en su visita al Fernando Torres. El filial deportivista sacó a relucir en el feudo azulón sus principales defectos, esto es, endeblez defensiva y muy poca mordiente en ataque y acabaron sucumbiendo porque el Fuenlabrada, sin ser lo que se espera de él, lo que intentó y llegó más. Lo ofrecido hoy fue poco, la verdad y el Fuenlabrada se llevó los tres puntos más por insistencia que por calidad y buen juego, gracias al gol de Cedric en la recta final del partido.
Cuanta diferencia con la temporada pasada. Cualquier parecido de ambos equipos con lo ofrecido y demostrado el curso pasado es pura coincidencia. Los madrileños, porque han reducido presupuesto y ahora buscan su tercer play-off desde otro concepto más humilde, y los visitantes porque Tito Ramallo tiene aún mucho trabajo con una plantilla muy renovada de la que se han marchado sus promesas más destacadas. No hay que alarmarse, no obstante, ni dudar del trabajo de Tito Ramallo. Su trayectoria le avala. Simplemente hay seguir trabajando con un equipo nuevo en proceso de formación.
Los primeros 45 minutos fueron igualados, con dos equipos que apenan inquietaban las metas rivales. El primer aviso local lo daba Juanma rematando dentro del área tras un saque de esquina. Su disparo se marchaba fuera. Poco después, el Fabril intentaba aprovecharse de las dudas defensivas fuenlabreñas a balón parado y Quique cabeceaba, solo en el área, un saque de falta botado por Gandoy. No había precisión ni oportunidades que hicieran levantarse a la grada. La sensación era la contraria, dos equipos con mucho respeto, el freno de mano echado y buscando el fallo del rival. Bien en el caso del filial, siempre es bueno puntuar lejos de casa, sobre todo tras el mal comienzo. Era vital no cometer fallos y mostrarse ordenado y replegado ante un rival con potencial suficiente para hacer daño. La sensación de la grada fuenlabraña, sin embargo, era otra. Los de Mere aspiran al objetivo del ascenso y ello pasa por jugar bien y ganar. La afición no perdona.
En los últimos minutos del primer periodo ambos equipos buscarían estrenar el marcador. Primero lo harían los madrileños, con un córner botado por Hugo Fraile que Juanma, con la testa, cruzaba fuera. Un minuto más tarde era el turno para el Fabril; Gandoy colgaba el esférico al área para que May golpeara y lo enviara fuera por muy poco. Serían las pocas oportunidades para el lucimiento de los guardametas y así se llegaría al tiempo de descanso.
Las oportunidades fuenlabreñas se fueron sucediendo, cada vez con más insistencia y claridad. En el 58, Cristobal, el mejor de los suyos, la ponía al área, buscando el remate de Borja Lázaro, pero Alex Cobo se anticipaba bien. Tito Ramallo daba entrada a Jony Montiel, buscando mayor profundidad, y lo conseguiría, por dentro, aunque el vallecano poco más pudo hacer. Acertó el técnico fuenlabreño, Mere, dando entrada a Javi Gómez, también llegado de la cantera rayista como Montiel. En apenas quince minutos que estuvo en el campo, el menudo extremo azulón revolucionó el partido con su descaro y verticalidad, poniendo en jaque constantemente a Lucas.
Los intentos locales se incrementaron, sobre todo con centros al área desde las bandas, destacando uno de Óscar Fernández desde la diestra que Gullón remataba, topando con el rechace de la zaga deportivista. La grada murmuraba ante un gol que parecía próximo y que hacía de rogar. La defensa del Fabril se veía superada por las acometidas de Hugo Fraile y el recién incorporado Javi Gómez, que había dado otro aire al equipo. Ramallo daría entrada a Gaizka y One, intentando ganar consistencia en el centro del campo y en la defensa, pero el efecto conseguido no fue el esperado.
El tanto de la victoria madrileña llegaba en el minuto 87. Jaume la colgaba al área desde la banda diestra y Cedric lo desviaba con la testa dentro de la red.