Ventola, Pablo y Ruchi, futbolistas del Paiosaco, realizaron ayer una caminata de más de diez kilómetros desde el campo municipal de A Porta Santa hasta el Santuario Nuestra Señora de los Milagros en Caión para dar por zanjada una promesa tras la obtención de la permanencia en Tercera División el pasado domingo.
¿Pero cómo surgió esta particular promesa? Todo empezó en el mes de abril en los momentos posteriores a los entrenamientos de los equipos prebenjamines del club, de los que son entrenadores Ventola, Pablo y Ruchi.
“Cuando acabamos de entrenar estamos hablando con los padres de los niños mientras tomamos un café en la cantina hasta que empieza el entrenamiento del primer equipo. Pues allí soltaron: ‘si nos salvamos tenemos que ir caminando desde el campo hasta Caión’. Al principio pensé que estaban de coña”, afirma Ventola.
Pero poco a poco la bola de nieve se fue haciendo cada vez más grande hasta que “en la última jornada se habló más en serio como si fuera una apuesta”. El Paiosaco no se salvó en ese encuentro. Tuvo que esperar dos semanas más a que el Celta B superara el ‘playout’ en Segunda B y el Racing de Ferrol lograra el ascenso pero finalmente el club verdiblanco certificó la permanencia.
La pelota ya estaba en el tejado de los jugadores y Ventola dio el primer paso. “Pablo me miraba con dudas pero le dije: ‘andamos un poco, pasamos el día, comemos fuera y tomamos algo en Caión. Yo lo prometí y lo hago’”, explica Ventola, que finalmente logró convencer a Pablo.
Así lo constata el lateral izquierdo del Paiosaco: “La cosa empezó con Ventola, él me arrastró a mí y luego arrastramos a Ruchi”. Pablo también destaca que todo “comenzó como una broma” pero al final “lo importante era la experiencia y pasar un buen día”.
El último jugador del Paiosaco en unirse a la caminata fue Ruchi. El defensa explica que estuvo a punto de dejar la apuesta a un lado debido a un compromiso académico. “Tiña que entregar un proxecto e non sabía se podería ir. Xa non contaban comigo”, apunta el central verdiblanco.
Salida
Pero finalmente Ruchi apareció. Los tres futbolistas verdiblancos, acompañados por otras dos personas, emprendieron a las 13.00 horas el trayecto a pie desde el campo de A Porta Santa hasta el Santuario Nuestra Señora de los Milagros en Caión. Diez kilómetros y casi dos horas después llegaron al destino con la satisfacción de no haber faltado a su palabra. Permanencia y promesa cumplida.
“La caminata se hizo muy amena. Hizo un amago de llover pero luego salió el sol”, asegura Ventola, que destaca que la caminata fue el cierre perfecto a una temporada histórica para el Paiosaco.
“La permanencia es el final que queríamos y por el que estuvimos peleando todo el año. Yo ya dije que si para el año hay que hacer otra caminata, que la hacía. Que cuenten conmigo”, afirma el central del conjunto de A Porta Santa.
Ruchi también destaca la manera en la que el Paiosaco cerró la temporada: “Todo foi perfecto. Mellor, imposible. Primeiro permanecer en Terceira e agora cumprir a aposta que fixemos”.
No obstante, tanto Ruchi como Pablo se muestran más cautos de cara a una posible repetición de la caminata en la próxima temporada. “Ya veremos lo que pasa”, declara el carrilero zurdo.
Se repita o no, Ventola, Pablo y Ruchi ya cumplieron su palabra. Ahora hay que esperar para saber si la caminata se convertirá en una costumbre en el Paiosaco.