El Deportivo se acogerá al espíritu del San Xoán para escalar el último peldaño hacia su regreso a Primera División.
La escuadra blanquiazul sueña con hacer bueno el 2-0 conseguido en Riazor hace tres días y regalar a la ciudad de A Coruña y a los deportivistas una noche histórica.
A los pupilos de José Luis Martí aún les esperan 90 minutos (o 120 si hay prórroga) de auténtico sufrimiento.
Pese a la ventaja con la que el cuadro herculino afronta la vuelta de la final del playoff, los jugadores son conscientes de las dificultades que les esperan en Son Moix, donde se efrentarán a un rival que ha ganado 16 de los 22 encuentros que ha disputado esta temporada como local y ha marcado una media de 1,7 goles.
Los bermellones necesitan hacer al menos dos dianas para forzar la prórroga y saben que si encajan un tanto prácticamente habrán firmado su sentencia de muerte, ya que se verían obligados a ganar anotando más de tres.
El 2-0, sin embargo, enviaría la eliminatoria al tiempo extra y clasificaría a los mallorquines en caso de que el marcador no volviera a moverse.
Eficacia goleadora
El conjunto coruñés, que encadena cuatro victorias consecutivas por primera vez desde hace cinco años y medio, está exhibiendo una eficacia ofensiva que mete miedo a sus rivales. Siete goles ha marcado el bloque de Martí en los tres duelos del playoff.
Pero la victoria del pasado jueves, a pesar de colocar al Depor con un pie en Primera, dejó daños colaterales importantes, como la baja de Álex Bergantiños por la dura entrada de Marc Pedraza, que obligó al capitán a ser intervenido de una herida inciso contusa en el labio, y la ausencia del italiano Michele Somma por problemas musculares.
El equipo mallorquín se empleó con mucha contundencia —jugó al límite— en Riazor y en el vestuario deportivista esperan una dureza aún mayor en el duelo de esta noche. De ahí, que la plantilla enviara un mensaje de cautela desde que finalizó la ida, pese a la euforia que se ha desatado en el entorno.
“Somos los jugadores los que no tenemos que estar inflando globos ni comprando serpentinas”, ha avisado Eneko Bóveda, quien está completando un playoff sensacional por su solidez y su polivalencia.
En la misma línea se han expresado Quique y Cartabia.
“No es suficiente y hay que ir a morir allí”, ha alertado el máximo goleador, mientras que el argentino ha avisado de que “vamos a sufrir muchísimo”.
José Luis Martí pierde a Somma en el eje de la zaga, pero recupera a Pablo Marí, quien no se ha estrenado aún en la promoción de ascenso por una lesión muscular. El valenciano volverá a formar pareja con Domingos Duarte.
Más difícil lo tiene el técnico deportivista para elegir el sustituto de Álex Bergantiños. El capitán cumple una labor fundamental en el trabajo de contención y sus dos recambios naturales, Mosquera y Didier Moreno, no terminan de convencer a Martí, a tenor de los pocos minutos que les ha concedido. Aun así, el coruñés parece tener más opciones.
Además, el estratega blanquiazul podría dar descanso a jugadores como Cartabia y Quique, que realizaron mucho desgaste en la ida.