Ricky Rubio, campeón y MVP del reciente Mundial de China, asegura que disfrutó el torneo “como un niño pequeño”, augura que “esto no acaba aquí”, y que los jugadores eran conscientes de que la selección la había “liado un poco, pero no tan gorda”.
“Ha sido un buen campeonato, pero no me conformo”, señaló el nuevo base de los Suns. Rubio aseguró que “desde el primer día” sintió “una fuerza interior” que le hizo “creer” que vencer el Mundial era una posibilidad real.
Destacó que estos días ha vivido “muchas emociones” y que los jugadores de la selección se dieron cuenta real de lo logrado “al ver la reacción de la gente” y que en Madrid “las calles estaban llenas” para recibirles. Cuando recibió el trofeo de MVP, comentó, le resultó “difícil asimilarlo todo; me detuve un momento para saborear todo lo que habíamos hecho”, recordó el jugador de El Masnou, que hizo estas declaraciones en la presentación de la nueva sala para pacientes oncológicos y familiares del Hospital Universitario Dexeus de Barcelona, que su fundación ha contribuido a financiar.
Rubio se mostró, sin embargo, convencido de que su madre ya fallecida, a quien dedicó unas emotivas palabras al finalizar el torneo, “está más orgullosa de que haya inaugurado esta sala de que haya sido campeón del mundo”.
El base estuvo acompoñado por el ala-pívot Víctor Claver, quien manifestó que desde el principio “las sensaciones dentro del equipo eran buenas”, pero que aun así él nunca pensó en la final, sino en ir “partido a partido”.
Química especial
En la selección “hubo una química especial que otras selecciones no tienen” y es, a su juicio, porque los jugadores del grupo que dirige Sergio Scariolo son “más que una selección”, son “un equipo y una familia. Eso hace que en los momentos duros te unes más y en los buenos disfrutas más”.
El jugador valenciano sostuvo que “una de las claves de la final fue afrontarla como un partido más. Todos éramos conscientes de la oportunidad que teníamos delante, pero hicimos lo mismo que hicimos en los otros partidos. Jugamos a cartas e hicimos las tonterías de antes de cada partido. A lo mejor es una superstición, pero nos sirve para prepararnos y ayudarnos”, concluyó.