Tres reyes en el Palacio
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17º-23º

Tres reyes en el Palacio


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Las fechas invitaban a ello. A la presencia de Reyes Magos. Los que le dieron al Huesca el peor de los regalos en el segundo cuarto, donde el Basquet Coruña encarriló su undécima victoria del curso, ante un Magia Huesca que aguantó 10 minutos.

Al inédito quinteto que Tito Díaz puso en juego de inicio no le costó entrar en calor ­a pesar de que, no es una exageración, hacía más frío dentro que fuera del Palacio­, sobre todo desde el arco, donde convirtió sus dos primeros intentos, cinco días después de haber errado, en Melilla, sus 16 primeros triples.

Pese a todo, el equipo aragonés aguantó el tirón, fundamentalmente por la muñeca de Gantt. La entrada de Fontet, al mismo tiempo que Olmos ­movimiento ajedrezístico de Sergio Jiménez, que se reptiría en el tercer periodo­ terminó de asentar al Huesca, además de cargar de faltas a Mikulic y al propio Olmos. Un parcial final de 0-6 mandó el partido a la pausa con tablas en el eléctronico (18-18).

Pero entonces llegaron ellos. Los Tres Magos. Primero fue Melchor Mikulic, autor de ocho de los doce primeros puntos naranjas (30-23), justo antes de cometer la tercera falta. Sin problema. Baltasar Peña, que había anotado los otros cuatro, tomó el testigo y dio continuidad a un festín que cerraría Gaspar Monaghan. Entre ellos cocinaron el parcial de 15-0 que rompería el encuentro. Y, como guinda del pastel, Monaghan volvió a hacer de las suyas: canastón desde su propia línea de 6.75 sobre la bocina para redondear un marcador de 30-13 en este segundo acto, donde los Tres Reyes firmaron 28 tantos; los otros dos tuvo el honor de anotarlos Zyle.

Con +17 al descanso (48-31), el pescado parecía más que vendido, sobre todo porque el Huesca demostró que lo suyo no es correr hacia atrás: el Coruña se hinchó a sumar puntos a la contra y en transición, algo que, por otra parte, se le da muy bien, a pesar de que ayer permitió que un rival que promediaba 11.3 rebotes ofensivos por partido, le birlara 11 en solo 20 minutos.

Pero el cuadro oscense sacó poco rédito, en gran parte por la superioridad interior de la `marea naranja', cuya defensa ­ayer sí apareció ese espíritu que Tito aboga por recuperar­ no concedió un solo tiro cómodo hasta que la victoria estuvo prácticamente en sus manos. Y es que la estadística al descanso era abrumadora: el Huesca había lanzado seis veces más (35-29)que el Coruña, pero la puntería fue herculina: 16 de 22 en tiros de dos y 5 de 9 en triples, por 8 de 24 y 3 de 11 del conjunto visitante.

A REMOLQUE
Lo máximo que pudo lograr el equipo aragonés fue un empate (18-18)

Un triple de Creus ­el otro rey del día, con tres aciertos de cuatro intentos desde larga distancia, además de cuatro asistencias­ en la primera posesión de la segunda mitad puso por primera vez dos decenas de separación (51-31). Unos minutos de relax defensivo local los aprovechó Gantt para (re)animar mínimamente a los suyos (51-37).

Pero ahí se acabaron las concesiones. Los de Tito Díaz volvieron a bajar el culo atrás, a meter manos sobre el balón, a conservar su propio rebote y a pagar al Huesca con su moneda de la primera parte. Varios rebotes en ataque después, la `marea naranja' recuperaba la veintena de superávit (63-43). Y ahí claudicó definitivamente el rival. Un triple de Abia dio paso a 10 minutos finales de trámite (72-48).

De trámite y diversión. Djuran, que no había visto aro en los 30 primeros, enchufó dos triples seguidos para elevar un poco más el tono de la fiesta y una canasta de Olmos disparó la ventaja por encima de la treintena (8048). El propio pívot alicantino anotaría también los dos puntos que elevarían al marcador el abismo más profundo de la tarde-noche (91-56).

Un (necesario) baño de autoestima después del horrendo partido en Melilla ­de largo el peor de lo que va de temporada­ y antes de la visita, dentro de 72 horas, a otro de los equipos del furgón de cola, un Marín que ayer sufrió, precisamente en la cancha del Melilla, su octava derrota en cadena.

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