El Deportivo empezó a preparar ayer el encuentro ante el Cádiz. Fue la primera sesión para el último partido del año ya que la anterior, el martes en la Ciudad Deportiva de Abegondo, consistió más bien en gimnasio y recuperación para los titulares del choque con el Zaragoza.
Los deportivistas trasladaron la actividad, por motivos organizativos, al césped del estadio de Riazor, donde trabajaron a puerta cerrada durante casi todo el entrenamiento.
Los primeros minutos sí fueron abiertos para los periodistas y fotógrafos, pero el resto de la práctica no tuvo testigos en la grada.
En ella, el míster del conjunto herculino dispuso un partido de once contra once para empezar a ensayar lo que pretende ver en acción el sábado en el estadio Ramón de Carranza en la decimonovena jornada del campeonato, que pondrá el broche al año y marcará el inicio de las vacaciones.
Prueba en el césped
En el ensayo, el preparador deportivista formó dos equipos y dejó entrever por dónde pueden ir los tiros en el Carranza, aunque Natxo no siempre traslada a los partidos las alineaciones que mueve en los entrenamientos.
El argentino Sebastián Dubarbier actuó como central en uno de los equipos, con David Simón, Duarte y Diego Caballo en esa misma línea; Edu Expósito, Álex Bergantiños y Vicente Gómez en defensa; Pedro Sánchez en el enganche y Borja Valle y Quique González en la supla ofensiva. Es decir, desde el medio del campo, los mismos que jugaron de inicio ante el Zaragoza.
En el otro lado: Bóveda, Somma, Marí, Saúl; Didier Moreno, Mosquera, Krohn-Dehli; Carles Gil, Fede Cartabia y Christian Santos. De ahí tendrá que descartar a cuatro.