La última victoria ante el Elche, con goleada incluida, fue una fiesta en el campo y en la grada. Los aficionados volvieron a disfrutar diez años después del triplete de un jugador blanquiazul y este 4-0 al Elche fue la mayor goleada de los deportivistas desde el 0-4 que le endosaron al Levante el 13 de abril de 2013 en Primera División.
Pero, al margen de los tantos, lo que se vio en el estadio herculino, ya prácticamente libre de andamios, fue una comunión entre jugadores e hinchada.
Cerrando heridas
Una unión que se había resquebrajado de forma dramática la campaña pasada. Un curso convulso marcado por el vaivén en el banquillo, con tres entrenadores, problemas en el vestuario y una importante indolencia en el terreno de juego. Una herida que había que cerrar, como reconocía el viernes Álex Bergantiños en la zona mixta. “El gran reto era volver a unir a la afición y al equipo, que la gente se identificara con el Depor, y creo que lo estamos consiguiendo. La gente se está enganchando al equipo, se ve que estamos unidos y estamos satisfechos. La gente se va contenta con el trabajo que hemos hecho”, remarcó.
También resaltó el buen ambiente que se vivió en el campo coruñés Carlos Fernández, el héroe del partido ante los ilicitanos: “Hay que resaltar a nuestra gran afición. Fue una fiesta y un apoyo muy importante para nosotros. Ha sido espectacular”. Una ‘reconciliación’ que es clave para lograr el objetivo del Deportivo, el ascenso a Primera.