La selección española, campeona del mundo por segunda vez en su historia, regresó a Madrid, donde vivió ua tarde-noche de recepciones, homenajes y fiesta.
El combinado que dirige Sergio Scariolo, que aterrizó en Barajas catorce después de proclamarse campeona, comenzó el paseo triunfal en el Palacio de la Zarzuela, donde fueron recibidos y homenajeados por los Reyes.
En el Salón Magnolias, don Felipe y doña Letizia fueron recibiendo uno a uno a los integrantes de la comitiva, y el primero en saludarlos fue el presidente de la FEB, Jorge Garbajosa.
A continuación lo hicieron el seleccionador y el capitán del equipo, Rudy Fernández, y después, el resto de jugadores, con los que Felipe VI fue intercambiando algunos comentarios distendidos. El Rey fue el primero en ir estrechando la mano de los jugadores, técnicos y directivos y después lo hizo la reina, vestida de rojo.
Tras ese saludo individual, los reyes posaron junto a los componentes de la selección, y Rudy entregó al Felipe VI el Naismith Trophy, y le colgó del cuello su medalla de oro. El monarca bromeó señalando que le daba algo de vergüenza portar esa distinción. Un equipo al que los Reyes aplaudieron, mientras que los integrantes de la selección secundaron a su vez la ovación. A continuación, don Felipe dirigió unas palabras a los componentes de la selección.
Estaba previsto que la selección se desplazara primero al Palacio de la Moncloa para ser recibida por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, pero el retraso del vuelo en el que regresaron de China alteró los planes.
Tras la visita a Moncloa, la celebración continuó por las calles de Madrid, que la selección recorrió en bus descapotable hasta la plaza de Colón, donde estaba todo preparado para que los campeones del mundo continuasen la fiesta con los aficionados.