El Atlético derribó por fin en Primera el muro de Butarque gracias a un tanto de Vitolo, que decantó del lado visitante (0-1) un partido que por momentos también pudo caer del lado del Leganés.
Diego Pablo Simeone apostó por un once semejante al exhibido ante el Getafe, pero colocado de manera diferente. Así, puso en escena una defensa de cinco con Saúl en el lateral zurdo y Hermoso ocupando el lugar del sancionado Renan Lodi. Idéntico motivo, una cartulina roja, le impidió a Mauricio Pellegrino contar con Óscar Rodríguez. Jugador de gran importancia en el esquema leganense, su ausencia le abrió la puerta de la titularidad a Roque Mesa.
Mucho más entonado desde el arranque del enfrentamiento, pudo adelantarse pronto el Atlético al combinar Koke y Morata en el borde del área antes de que el ariete rozase el palo con un disparo raso de primeras.
Sin embargo, la cita empezó a bajar en intensidad y Simeone, en busca de soluciones, decidió colocar a Lemar como carrilero izquierdo y a Saúl por dentro. En la otra banda, Trippier sirvió a Morata, que no pudo sorprender con una vaselina al meta rival.
Desconcierto
Tras el descanso, se sucedieron las imprecisiones durante algunos minutos con Omeruo como fiel reflejo del desconcierto. Dos acciones en las que pecó de exceso de confianza pudieron costarle un disgusto a su equipo pero la primera la alejó Siovas y la segunda terminó en un remate acrobático de Joao Félix.
Hubo respuesta en el otro área gracias a una falta que Jonathan Silva estrelló contra el larguero seguida de instantes de acoso local. Abandonó su atrincheramiento el cuadro rojiblanco con el cuchillo entre los dientes, dejando un remate al palo de Saúl. Como colofón al toma y daca, un tiro de Eraso desviado por Oblak previo caos en la zaga rival.
Al frenesí le siguió la calma y ahí volvió a encontrarse cómodo el Atlético. Tanto que acabó llegando el gol. Joao Félix, en una internada por la derecha, desarboló a la retaguardia antes de ver un hueco por el que filtrar la asistencia para Vitolo. Controló éste y definió por bajo lejos del alcance del portero.
Pudo ser mayor el castigo para los de casa si Morata hubiese aprovechado un mano a mano después de una entrega de Koke, pero Soriano tapó bien su intento. El resto fue un alarde de buenas intenciones del Leganés, frenadas todas ellas por el orden atrás de un contrincante que supo cerrar el cruce.