El Real Zaragoza y el Albacete Balompié, líder de la Liga a falta de lo que haga hoy el Osasuna, empataron sin goles en un partido vibrante que pudo ganar cualquiera y que, especialmente en la primera mitad, acumuló numerosas ocasiones para ambos conjuntos. Sin embargo, las buenas sensaciones y el buen nivel futbolístico que se evidenció sobre el terreno de juego no dejó satisfechos a unos y otros.
A los locales porque no acaban de darse por salvados y a los visitantes porque les puede suponer perder el liderato de la categoría si Osasuna es capaz de vencer este domingo al Numancia en Soria. Con solo un punto, el conjunto maño no acabó de alejarse definitivamente del descenso y comenzar a pensar en empresas mayores, mientras que para el equipo manchego, aunque sumar a domicilio siempre es positivo, le puede suponer dejar de encabezar la clasificación.
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Ninguno de los dos equipos quebró las respectivas rachas positivas que atesoraban, pero sí que a ambos les supuso un frenazo a la hora de acercarse a sus particulares objetivos.
El equipo aragonés salió con una fuerte y alta presión desde el saque inicial que no dejaba salir al Albacete con el balón jugado, recuperando rápidamente el esférico los propietarios del terreno y manejándolo bien y con criterio cuando lo tenían en su poder.
A pesar de los agobios defensivos del Albacete, el líder demostró que no necesitaba mucho para crear peligro. En dos jugadas a balón parado en los minutos 14 y 17 los manchegos crearon mucho peligro con centros aéreos con Roman Zozulia como protagonista.
Tras el descanso el Albacete le discutió la posesión del balón al Real Zaragoza en la elaboración, aunque no fue capaz de llegar al área como en los primeros 45 minutos. Solo hubo una ocasión para los visitantes en este periodo y dos para los locales y sin resultado positivo en ningún caso.