Traba, el goleador impenitente de A Costa da Morte
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Traba, el goleador impenitente de A Costa da Morte

Traba, el goleador impenitente de  A Costa da Morte
José Manuel Traba

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Doce campañas vistiendo la elástica blanquiazul, entre las temporadas 75-76 y 87-88 atestiguan el buen hacer y la constancia de un goleador nato que hizo historia en el RC Deportivo de La Coruña como el fisterrán José Manuel Traba (29-IX-1957).


Artífice de 76 dianas en la categoría de plata del fútbol español, alcanzó los 101 en Liga con el cuadro herculino debido a su paso fugaz por Segunda B; unos guarismos que lo sitúan incluso por delante de una leyenda como Bebeto (86 tantos en Liga).


Como no podía ser de otra manera, Traba describe sus humildes inicios con un balón de por medio durante su infancia en A Costa da Morte.

 

Lo único que había antes para divertirse era el balón, a veces incluso faltabas a clase


“Como casi todos los niños de aquella época, del año 68 o 69, cuando yo tenía diez o doce años, comencé a jugar al fútbol, en la calle, en Fisterra, como casi todos los pequeños del pueblo. Casi lo único que existía para divertirse era el balón. Hoy en día tienes infinidad de entretenimientos para los jóvenes pero antes era distinto. Jugábamos mucho en los colegios, incluso faltabas a veces a clase para jugar algún partido”, dijo.


Su traslado a Marineda por motivos académicos le abrió las puertas a uno de los cuadros más representativos del balompié herculino.


“A los 14 años ya me vine a A Coruña a estudiar, a la antigua Escuela de Maestría Industrial -hoy el Fernando Wirtz de Cuatro Caminos-; este centro tenía equipos de fútbol y practicábamos el deporte en un campo que había en la Sagrada Familia, y a partir de ahí me llevaron a jugar al Santa Margarita debido a la cercanía respecto a la casa de mis tíos, donde vivía. Estuve allí en Juveniles, me subieron a los Modestos, marcaba muchos goles y ya automáticamente pasé a los mayores con 16 años”, relata.

Cogí una gran racha goleadora en el Santa Margarita y el Depor se fijó en mí


La progresión de un atacante tan espigado como letal en el área era imparable y muy pronto el RC Deportivo tendería sus redes sobre él.


“Cogí una racha buena de marcar con el ‘Santa’ y el Deportivo pronto se fijó en mí y ya me llevaron al Fabril”, dijo.


Cuando apenas era un imberbe el fútbol profesional llamó a las puertas de Traba. Y nada más y nada menos que un clásico gallego en campo visitante para curtirse en la élite.

Debuté con 18 años en Segunda en un derbi; empatamos y lo pasé mal


 “Debuté en Segunda División con 18 años, en un derbi en Balaídos, en un derbi gallego que empatamos 1-1. Estaba Naya de entrenador y había una rivalidad de la leche porque en las dos plantillas había mucho gallego. Del Cura se lesionó en este partido, hubo muchos expulsados, incluso con tánganas al final del partido. A pesar de que habíamos empatado lo pasé mal”, dijo. 


Aunque fue del agrado de su técnico y ya prácticamente no bajó nunca más al filial, José Manuel Traba tuvo que hacer las maletas rumbo a Compostela para madurar como futbolista. Y a fe que lo hizo. Gol a gol hasta sumar la friolera de 34. Unos registros de fábula que, sin embargo, no sirvieron para eludir la pérdida de categoría de los de Santa Isabel.

Me cuidaba mucho, no trasnochaba pero a los 29 años rompí la tibia


“En el Deportivo había mucha competencia para los jóvenes, con jugadores como Piris, Coco, Bartolotta, Cantudo... Con 18 años veía pocas oportunidades de jugar y me fui al Compostela en Segunda B. Marqué 34 goles y fui el máximo goleador de Segunda B, tengo el balón en casa; a pesar de este registro por desgracia el equipo descendió. Fuera de casa bajábamos muchísimo. A la temporada siguiente ya me quedé de modo definitivo en el Deportivo”, añadió.


A base de entrega y dedicación fue labrándose una carrera de doce años en Riazor, una marca al alcance de muy pocos.


“Era un jugador que me cuidaba mucho, antes era un fútbol mucho más físico que ahora y había que cuidarse. Siempre fui una persona dedicada a la familia, no trasnochaba, no salía, llevaba una buena vida pero por desgracia a los 29 años rompí la tibia y aunque volví nunca fue lo mismo porque tenías miedo. Tuve bastantes ofertas de Segunda pero lo descarté todo porque me fui a trabajar en el sector de banca”, explica un exfutbolista en su día cotizado y que dispuso de propuestas para cambiar de aires.

El partido del Rayo Vallecano fue el ‘palo’ más grande; mi estreno, el mejor recuerdo


“Antes los clubes tenían un derecho de retención y no podías hacer nada; la oportunidad más grande que tuve fue la de irme al Sporting de Gijón en Primera por una lesión grave de Gomes, delantero portugués; había casi un acuerdo pero el Deportivo no me dejaba salir hasta final de temporada y ellos me querían para ya. A partir de ahí me fui quedando. El Murcia o el Sevilla también quisieron llevarme pero ya estaba muy adaptado a la ciudad”, precisa.


En su retahíla de encuentros con el ‘9’ blanquiazul a su espalda, Traba recuerda con especial cariño el choque más emotivo de su trayectoria profesional. 


“El momento más bonito de mi carrera fue el debut con 18 años en Balaídos, con el equipo de tu ilusión, fue lo mejor”, afirmó, mientras que también puso de relieve sus momentos más dramáticos como deportivista.


“La poca afición que asistía a Riazor era de toda la vida, la que iba hasta en Segunda B, eran tiempos complicados; después vinieron los problemas económicos y hubo situaciones que en las que tuvimos el ascenso al alcance de la mano. Estaba prácticamente hecho. El equipo en casa todos los domingos no bajaba de tres o cuatro goles y nos llegaba empatar contra el Rayo, las hormigoneras... Fue el ‘palo’ más grande. También fuimos a Oviedo después de tres años con opciones de ascenso pero allí nos organizaron una encerrona, una actuación arbitral lamentable”, prosiguió.


Preguntado acerca del trato recibido por el ‘jugador número 12’ blanquiazul, el exjugador detalla que “la afición de A Coruña era más dura y más exigente con los de casa, pero no era un problema de esta ciudad sino de casi todas. Se valoraba más lo de afuera que lo que tenías aquí. A esos de casa los tenías muy vistos, quizá no valoraban lo que podía haber aquí y finalmente eran ellos los que sacaban las castañas del fuego. Nuestra afición venía un poco malacostumbrada por el Teresa Herrera de cada verano, con jugadores de primer nivel mundial, nos comparaban mucho a ellos y llegaba hasta a hacernos daño a nivel moral”, indicó un hombre que desde que colgó las botas dejó de ir al estadio de Riazor “muy pocas veces, solo por enfermedades y causas de fuerza mayor”.

“Me cansé de meter goles tras centros de José Luis”
 

José Manuel Traba se define a sí mismo como “un nueve a la vieja usanza”, que destacaba por su potencia y efectividad en el juego aéreo.


“Mi característica principal era el remate de cabeza, era mi punto fuerte, mi calidad técnica no era nada de otro mundo pero era agresivo, peleaba mucho, y por arriba era muy bueno; tenía un gran salto y medía muy bien los tiempos, coordinando el impulso, eso lo dominaba muy bien. Era el clásico delantero a la vieja usanza. Rematabas porque tenías gente a tu lado que te ponía muy buenos balones. Me cansé de meter goles gracias a los centros de José Luis desde línea de fondo. Richard también era impresionante y otros muchos que no quiero olvidarme de ellos me ayudaron a marcar muchos tantos”, dijo.


Respecto a sus compañeros de vestuario en A Coruña, subrayó la amistad que mantuvo con Paco Buyo, mientras que acerca de sus mejores entrenadores no tiene duda. “Mi mejor técnico fue el primero que tuve, Luis Suárez, se quería quedar en el Depor mucho tiempo y tenía un proyecto dándole baja a varias ‘vacas sagradas’ del vestuario. Quería renovar el club pero no se lo permitieron.

Quizá no podía por motivos económicos. Al año siguiente se fue y el equipo se marchó a Segunda B.

Como entrenador a nivel técnico-táctico era impresionante. Aranguren también era muy bueno y, sobre todo, Arsenio. Tenía sus momentos buenos y malos y era muy táctico. Trabajaba mucho y cumplía, creo que no tuvo la suerte de marcar época a nivel nacional, pudo haber hecho mucho más”, concluyó.

Traba, el goleador impenitente de A Costa da Morte

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