Si la pasada temporada acabó de manera abrupta e incompleta, el inicio de la nueva sigue por el mismo camino. Al menos en la fase de preparación para el inicio del curso oficial. El Basquet Coruña lo sabe bien. Y más equipos.
El conjunto herculino, amén de lesiones y bajas por convalencencia posquirúrgica, ha padecido los problemas que los extranjeros tienen para viajar a España. Perris Blackwell pudo hacerlo muy recientemente, pero Zach Monaghan sigue varado en EEUU a la espera del permiso pertinente, lo mismo que sus paisanos Matt Stainbrook (Castelló), Ronnie Harrell (Palma) y Thomas Bropleh (Granada).
La escasez de efectivos llevó al BC a renunciar al que iba a ser su primer test de pretemporada, un cuadrangular en Lisboa... que acabaría por cancelarse debido a positivos en Covid-19 de jugadores del club anfitrión, el Benfica.
El coronavirus ha afectado directamente al Granada, que tuvo que parar la pretemporada por varios casos en su plantilla. Lo mismo le sucedió al Melilla, que con varios jugadores contagiados se vio obligado a suspender su primera gira de preparación.
Todo va más lento. De ello da fe el hecho de que una parte imporante de los conjuntos de LEB Oro que todavía no han disputado un solo partido amistoso, entre ellos el Ourense, primer rival del Basquet Coruña en la Copa Galicia, cuyo primer duelo está programado para el sábado 3 de octubre.
Un torneo autonómico que contribuirá a complicar esta ya de por sí complicadísima pretemporada. La Federación Gallega emitió el miércoles un comunicado donde, entre otros asuntos, asegura textualmente que “a máscara será obrigatoria para a práctica do baloncesto federado en competicións de ámbito autonómico”.
Una obligación difícilmente comprensible, porque podría ser peor el remedio que la enfermedad. l