El Deportivo ha anunciado este lunes la destitución de su entrenador, Juan Antonio Albacete Anquela, tras haber enlazado ante el Almería su novena jornada sin ganar y haber sumado ocho puntos en diez jornadas.
El Consejo de Administración del Deportivo, que se reunió esta tarde, tomó la decisión de que Anquela deje de ser entrenador del primer equipo.
El conjunto gallego le agradece "muy sinceramente a Anquela su profesionalidad, trabajo, dedicación y actitud ejemplar en esta etapa al frente del equipo" y le desea "la mayor de las suertes en su futuro personal y profesional".
Anquela, que se hizo cargo del equipo en verano, deja al Deportivo en posiciones de descenso a Segunda División B.
El despido se ha producido una semana después de que el presidente del club, Paco Zas, le ratificara en el cargo y llegara a decir que le veía en el banquillo salvo que encajara un 6-0 en Girona y un 0-6 con el Almería.
El dirigente consideraba que el entrenador no había trabajado en condiciones oportunas en una pretemporada en la que la plantilla sufrió numerosos cambios y cinco fichajes llegaron el último día del mercado.
En Montilivi, el Deportivo se llevó un 3-1 con una imagen mala que le dejó en el alambre y frente al Almería no le bastó un 0-0 para ganarse la continuidad a pesar de que en el terreno de juego el equipo tuvo una mejoría que fue insuficiente para romper la racha negativa de resultados en que está inmerso.
El técnico aseguró el sábado que no tenía un ultimátum pero que los periodistas no estaban equivocados al contemplar la posibilidad de que el choque con el Almería fuera una final para él.
A la conclusión del partido, el veterano preparador jiennense, que tiene 62 años, no quiso hablar de su continuidad en el puesto, aunque reconoció lo mal que lo estaba pasando.
"A mí esto me está matando. Yo soy demasiado responsable, vivo por y para esto y no le estoy dando al Deportivo lo que el Deportivo me está dando a mí.Soy una persona ganadora. Quiero ver lo que se ha visto ante el Almería en muchas fases, un equipo intenso. Los futbolistas llevan una mochila en las piernas que pesa mucho y que se llama responsabilidad", declaró.
El ya expreparador deportivista afirmó que "cuando vienen momentos malos" la receta para superarlos es "seguir trabajando, ponerte el chubasquero y esperar que deje de llover".
Con todo, dejó claro que no pensaba dimitir: "Eso no. El fútbol me lleva matando mucho tiempo y todavía no me he muerto. Aquí espero sobrevivir, pero, si no sobrevivo, mala suerte".
El día después de ese choque con los almerienses, su etapa en el banquillo del Deportivo ha acabado y el club tendrá nuevo técnico el domingo en el Estadio de Gran Canaria ante la UD Las Palmas.