El nuevo primer capitán del Barcelona, el argentino Lionel Messi, ha lamentado la fuga de talento de la Masía, y considera lo siguiente acerca de el estilo de juego del Barça: “Se ha perdido un poco la apuesta por la cantera. Se han ido chicos importantes y es raro que pase en el mejor club del mundo”.
En una entrevista concedida al diario Sport, el también capitán de la selección argentina ha vuelvo a validar el fichaje del francés Antoine Griezmann, si finalmente la entidad azulgrana apuesta por él.
“No sé si es prioritario. Sí que estoy de acuerdo en que para volver a ganar la Champions League tenemos que tener a los mejores jugadores. Y Griezmann es uno de ellos. Si el club lo puede traer, pues encantado. Yo no sé si es la prioridad. Ya depende de la secretaría técnica y del técnico. Solo digo que para ganar la Champions hay que tener a los mejores, y él es muy bueno”, ha señalado.
De la temporada para los equipos ya concluida, ha lamentado que el Barcelona no haya podido ganar la Champions (apeado en los cuartos de final contra el Roma), pero ha destacado que no cambiaría el doblete obtenido (Liga y Copa) por el trofeo continental.
“Hicimos un grandísimo año con el doblete. Es verdad es que la ilusión de todos es la Champions, por lo que significa conseguirla. No hay que quitar méritos a la temporada que hicimos. Ganar la Liga y la Champions son cosas diferentes. El año del Barça fue espectacular”, ha subrayado.
Temporada buena
Cuando se le ha insistido si cambiaría los trofeos, el doblete por la Champions, ha respondido: “No. Ganar la Liga y la Copa es importantísimo. No es fácil. Como dije, a pesar de lo que nos pasó en la Champions, la temporada fue buena”.
En la entrevista, el astro argentino ha recordado el mal momento que pasó cuando se sentó en el banquillo acusado junto a su padre de defraudar a Hacienda, lo que le supuso un elevada multa, una condena y, sobre todo, un estado de ánimo que le llevó al límite.
“Sufrí un año complicado cuando tuve todo el lío con Hacienda. Fue duro. No llegué a la depresión, pero sí que la manera en la que se me atacó, en la que se decían cosas de mí, de mi familia, de mi gente. Fue duro. Sobre todo (por lo que se decía) desde Madrid. Me sentí muy atacado”, ha recordado.
“Tuve la suerte de tener el respaldo de mi gente de Barcelona, de Cataluña, del periodismo de aquí y eso me hacía estar un poco más tranquilo. Creo que era la orden: Atacarme a mí, pegarme, aprovechar el momento de debilidad que estábamos pasando por lo que sucedía”, ha insistido.