Regresó la competición, Primera y Segunda arrancaron ya, a la espera de lo que ocurra con la Segunda B y el resto de deportes “no profesionales”. Apelación denegó al Depor las medidas cautelares para la paralización de la categoría de Plata del fútbol español, que ha regresado aún con los ecos de una pandemia lejos de superarse en España.
Pero el espectáculo debe continuar y el balón seguir rodando. Sin tiempo para asimilar el esperpento del final liguero en Segunda, con ganas de echar cuanto antes tierra por encima al caso y esperar a que la Fiscalía meta en un cajón una inhabilitación a Tebas que suena a paripé. Uno más.
Volvió la competición y lo hizo con polémica, con Tebas tratando de saltarse a la torera una disposición judicial y fijando los partidos en viernes y lunes. Sigue el presidente de la patronal dirigiendo la institución que preside con mano dura y firme, menos cuando se trata del control financiero de algunos.
El Fuenlabrada, al que amenazan con embargarle dinero tras sus deudas con Hacienda y el fisco, puede transitar sin miedo por Segunda, donde ya vaticinó Jonathan Praena en sus conversaciones con Tebas hijo que en cuanto llegaban nadie los iba a apear. Únicamente pueden ir hacia arriba. Si no, al tiempo. Mientras tanto, el Deportivo, que está armando un equipo para tratar de regresar en un año a Segunda, continúa peleando por la vía judicial para que la justicia, la verdadera, se cumpla, después de más de un mes en el que siempre ha sido visto como el malo de la película.
Pero, ante todo esto, y después de la primera polémica con los horarios, de nuevo mucho silencio cómplice y poca crítica (al menos pública) de los verdaderos jefes de LaLiga. Y al final la conclusión es que “la vida sigue igual”.
