El CSD anunció esta semana que rechazaba la inhabilitación de Javier Tebas que pedían Deportivo y Numancia. Una noticia que coincide con otra, el presupuesto de más de 200 millones que tendrá el ente deportivo, récord. Un dinero que, ¡oh, sorpresa!, proviene en buena parte de las aportaciones de LaLiga.
Se cierra así el cuento del CSD y su presidenta, Irene Lozano, que han sido un claro ejemplo de lo que es la incoherencia. Desde la carta del 22 de julio en la que acusaba a LaLiga de permitir el viaje con el brote de positivos del Fuenlabrada el discurso ha ido cambiando hasta hacerlo de forma radical.
Nada de lo expuesto en esa esa misiva queda ahora de la resolución del CSD, filtrada antes a los medios de Madrid que a Numancia y Deportivo, los damnificados.
Ambos clubes acusaban a Tebas de “abuso de autoridad, falta muy grave de las reglas de juego por la adulteración de la competición, conflicto de intereses e incumplimiento del protocolo Covid-19”. El CSD y Lozano han toreado todas estas acusaciones, con una pericia merecedora de un sonoro ‘Olé’.
No ve el ente que el hecho de que Tebas, que se declaró culpable del viaje del equipo madrileño pese a los positivos, excediera su autoridad, ni que incumpliera las medidas sanitarias ni tampoco considera que sus incendiarios tuits contra el Depor y su presidente atentasen contra la dignidad y decoros deportivos. Y por supuesto, no ve el CSD conflicto de intereses por sus relaciones con el Fuenlabrada y la forma en la que procedió el dirigente de la patronal, siempre al lado del club madrileño, durante todo el proceso.
Solo le faltó a Irene Lozano pedir a Numancia y Deportivo que se disculparan por dudar de la honorabilidad de Tebas y de paso, afearles al gesto por haberla ocupado a ella y a su equipo con semejante nimiedad.
Nada nuevo bajo el sol, el CSD sufriendo amnesia desde el 22 de julio y siguiendo desde entonces las directrices de su amo al que, de momento, “no han cazado”. Mientras tanto, Tebas sigue con su circo para el pueblo, negando aplazamientos por casos de Covid-19 y usando sus medios afines para sacar músculo de una Liga que cada vez se vende peor en el exterior.
Fiel a lo que ha sido el relato de los hechos, culminada la primera parte con un “partido paripé” llegó ahora el ‘remake’, el cuento de Lozano, el CSD y compañía. Colorín, colorado...
