Javier tebas, según se ha publicado de fuentes cercanas a la Liga Nacional de Fútbol, anda preocupado y hablando con su ‘admirada’ y ‘futura empleada’, Irene Lozano, para que el Consejo Superior de Deportes presione a Sanidad y permita el retorno de público en las gradas de los estadios, ya que de lo contrario habrá un déficit considerable en las arcas de los clubes. Esa misma publicación afirma que el dirigente de la patronal está inquieto por que las operadoras de televisión, principalmente la de su amigo Roures, está registrando menos ingresos económicos de los esperados. Y es que aquellos que decían que el fútbol sin público no es tan rentable como se pensaba a pesar de las intensas campañas en los medios amigos.
Escribía estos días Augusto César Lendoiro, en tiempos amigo personal de Tebas y exembajador de la Liga, que el mandamás de la patronal “está demostrando que, o es el más listo de la clase” o el que “impone su fuerza, por el miedo de la mayoría, a cambio de proteger a los débiles, mientras sean dóciles”.
También comentaba que “Tebas hace depender a gran parte de los clubes de la Liga para ganar sus voluntades, a cambio de votos, como los gobiernos que hacen a muchos ciudadanos dependientes de sus subvenciones”, afirmó el expresidente del Depor. Totalmente cierto, ya que Lendoiro conoce la forma de proceder de su examigo que lo nombró embajador de la Liga y luego le retiró dicho cargo para ‘conquistar’ a Tino Fernández. Muy de Tebas.
