Chema Ríos habla desde Madrid. “Vengo a ver a Paul McCartney, pero al malo”, se ríe. Él mismo toca en una banda tributo a los Beatles e incluso fue a un famoso programa de televisión de los 90 a imitarles. Nacido en Laguna del Duero (Valladolid), ginecólgo de profesión y fotógrafo y músico de afición, su relación con el deporte es puramente terapéutica: no se oxida y se mantiene en forma.
Su pasión por la música le viene desde pequeño. ¿Tenía tiempo para el deporte cuando dejaba la guitarra?
Cuando estaba en el colegio de Santiago jugaba al fútbol y era un borderline, que yo le llamo a los que podían estar en el equipo de la clase o no. No era malo, de hecho tenía antecedentes familiares porque mi tío, que ya falleció, estuvo en la selección española juvenil a principios de los 60 con Gento. Yo solo jugaba al fútbol y me escogían o de delegado o de extremo derecho, pero casi siempre delegado, es decir, de los que organizaba porque no estaba yo en el punto de calidad suficiente para jugar.
¿Y ahora cómo se cuida?
Voy a la Casa del Agua y hago natación y un poquitín de máquinas. La natación sobre todo para no oxidarme, en el sentido de que si no las juntas se oxidan y no funcionan y así me encuentro mucho mejor a todos los niveles, no tengo sobrepeso, ando bien, puedo hacer lo que quiera... Me sirve para estar mejor en el trabajo. Cuando haces deporte se sueltan endorfinas, que es un derivado de la morfina, y te encuentras mejor anímicamente y mentalmente. Genera alegría y bienestar, por la gente que hace deporte se encuentra un poco mejor después a todos los niveles. Yo lo noto bastante. Al final es casi como una droga, pero después, una vez que se pasa el efecto, ya te quedas relajado y duermes mejor. Pero es mejor que no hagas deporte al final del día, yo siempre lo procuro hacer antes de las 9 de la noche, porque si no después no duermo bien.
Los deportistas de élite suelen decir que no recuerdan el día que se levantan sin dolor. ¿Eso es bueno?
El problema está cuando se castiga mucho el cuerpo, que es una máquina. Es como si castigas un coche acelerando muchísimo. Al final, aunque sea un coche bueno, siempre acaba más desgastado. El deporte se debe de hacer sin sobrepasarse. La gente profesional, lo hace hasta un nivel, hasta cierta edad, hasta los 30, los 35. Luego ya lo dejan y siguen haciendo deporte, pero sin ser tan competitivos.
También se escucha mucho, cuando se lesiona alguien haciendo deporte, eso de que ‘el deporte no es bueno’.
El deporte es bueno, pero sin pasarse, en su justa medida, todos conocemos amigos que han corrido todos los días tres cuartos de hora antes de ir a trabajar y ahora tienen las caderas y las rodillas estropeadas. Correr es peligroso si no llevas el calzado adecuado y si tienes sobrepeso, porque cada paso que das estás machacando las articulaciones, sobre todo la rodilla. Es una cosa genérica decir que hacer demasiado deporte no es bueno. Yo creo que lo bueno es, como en todas las cosas, el término medio. Yo lo noto en las pacientes, cuando una persona está en forma y hace deporte, nunca me equivoco.
“La natación es el deporte más completo, se mueven todos los músculos, pero no sirve para adelgazar”
Por su profesión, ginecólogo, ¿cuál cree que es el deporte que cuida mejor de la salud de las mujeres?
Lo ideal es caminar rápido y correr a trote, a ser posible con buen calzado y en arena de playa. Sí que hay cierto riesgo para el suelo pélvico, puede bajarse un poquitín, pero para eso hay ejercicios que lo sostienen. Hay que combinar ambas si tienes incontinencia de orina de esfuerzo, que se llama así la que se produce cuando te ríes o estornudas. Para evitar eso hay que hacer ejercicios de suelo pélvico, se pueden ver hasta por internet pero lo ideal es ir a un fisioterapeuta.
¿Está de acuerdo con que el deporte más completo es la natación?
Sí, es donde más se mueven todos los músculos. Pero no para adelgazar. Para eso el mejor deporte es abstenerse, sacrificarse en las dietas y hacer ejercicio, el que sea, caminar, mejor que correr.
¿Consume deporte como espectador?
No soy fan ni seguidor de ningún deporte en especial, me gusta solo el fútbol cuando juegan equipos que estén vinculados a la ciudad, o a España, es decir, el Dépor y la selección española y como mi familia es vasca, el Athletic de Bilbao también un poco, y si tengo que elegir entre el Barça y el Madrid, me inclino un poco más por el Madrid. A pesar de esto, siempre estoy interesado a quién va ganando, y de hecho mi hijo, Chemari, de los Saltamontes, sí que juega mucho al fútbol y él es el que más me motiva para ir a verle jugar.
¿Diría que admira a algún deportista?
A Rafa Nadal. Y a mi hijo. A Rafa Nadal porque reúne no solo las cualidades de deportista, sino las cualidades mentales y personalidad, entonces creo que lo tiene todo.
En su libro ‘Geografía humana de A Coruña’, una serie de 137 retratos con personajes de la ciudad, todas con el elemento común de una mesa para tomar café, eligió también a deportistas. ¿Por qué los escogió?
A Fran, por ejemplo, porque en un momento dado fue una institución del Dépor, lo mismo que Mauro Silva. Después están Sofía Toro, Paula Medín, Iago Fernández, otra campeona de esgrima... Son gente que de alguna manera tuvieron algún título o alguna significación especial en el deporte coruñés. La idea empezó así de broma y al final tuvimos que acabar el libro antes de tiempo, porque ya eran muchos personajes y se nos quedaron unos cuantos en el tintero. Estuvimos tres años para hacerlo, menos mal que tenía amigos que me ayudaban, había que llevar la mesa a todos lados.