María Corbera y Antía Jácome, dos "rivales" aliadas por el sueño olímpico
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María Corbera y Antía Jácome, dos "rivales" aliadas por el sueño olímpico

María Corbera y Antía Jácome, dos "rivales" aliadas por el sueño olímpico
Antía Jácome y María Corbera, tras ganar la final de C2 en el Mundial de Hungría /EFE/EPA/Tamas Kovacs

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María Corbera (Madrid, 1991) y Antía Jácome (Pontevedra, 1999) no quieren volver a vivir lo que sucedió antes de los Juegos de Tokio, cuando se vieron obligadas a luchar entre ellas por una plaza olímpica que se adjudicó la gallega. Por ello han sumado fuerzas de cara a París 2024 en busca de un pasaporte colectivo que lleve parejo un par billetes individuales.


Si consiguen clasificarse para la cita en la clase C2, con una piragua guiada por ambas, automáticamente estarán también entre las aspirantes de C1, donde podrán exhibirse en solitario e incluso volver a medirse de nuevo, esta vez con una medalla en juego.


"Es un plus tener esa seguridad del C2. Vamos a tener rivalidad en el C1, porque también nos hacemos mucho más fuertes siendo rivales, pero a la vez eso nos tranquiliza. Ya es diferente estar las dos en unos Juegos representando a España que jugarnos la plaza por estar. Es la competición top para poder asistir", indica Jácome a EFE.


"Cuando entrenamos en C2 somos un equipo y lo que queremos es que el barco ande lo mejor posible. Cuando salimos en C1 siempre queremos ganarnos la una a la otra, eso es inevitable y nos hace mejorar cada día porque es cuando te exiges. Es una rival muy fuerte pero ahora mismo somos más equipo que rivales. Nos estamos haciendo mejorar mucho y sabemos que cuanto más mejoremos en C1, más va a andar el C2", añade en el Club Escuela de Piraguismo Aranjuez tras un entrenamiento.


Es el sueño común de dos rivales que a la vez mantienen una gran relación fuera del agua, como explica Corbera : "Lo llevamos muy bien, aunque somos polos opuestos. Si lo comparamos con otros compañeros de la piragua piensan mucho en los entrenamientos, en los tiempos, en la gente que compite internacionalmente... y a nosotros nos lo preguntan y no le damos importancia. Solo le damos importancia a la hora del entrenamiento a la sensación que tenemos nosotras, de si vamos bien o mal. En esa parte conectamos".


"Ese tema lo tengo asumido desde hace años y no me genera sensación de que sea una rival. Al revés, Antía desde siempre me ha hecho crecer y me va a hacer crecer. Todo lo que para ella sea bueno para mi lo va a ser, porque yo voy a buscar estar lo más cerca de ella o que ella no me alcance. Nos nutre y nos beneficia a las dos", razona.


De momento funcionan muy bien juntas. Recientemente fueron plata en la Copa del Mundo de Szeged (Hungría) y en el horizonte vislumbran el Mundial, que hará las veces de preolímpico: "Nosotras fuimos a asegurar, a hacer lo que habíamos entrenado. Las dos queremos ganar. Después de haber quedado segundas en la Copa del Mundo tras las chinas pienso en ganar el Mundial, ni siquiera en clasificarnos para los Juegos".


"Quiero ver qué podemos mejorar para alcanzarlas. Siento que tenemos más, no hemos entrenado lo suficiente como para que el barco camine lo que está caminando ahora mismo. Ahora que ya hacemos entrenos más seguidos, más largos, más tiempo juntas... podemos darle un plus", declara Jácome.


De hecho, ya apunta a París: "Yo sí, muchas veces he visualizado el podio. En C1, en C2... solo de pensarlo me entra la lagrimilla. Para mí sería increíble. A Tokio fui un poco a disfrutar, lo quería hacer lo mejor posible pero no tenía ninguna expectativa. Para mí fue una locura quedar quinta, fue increíble".


"Ahora lo veo de otra forma, nos veo cien por cien en el podio de París, aunque tampoco me voy a imaginar perdiendo, cada uno se imagina como quiere. Podemos, y yo quiero estar delante de las chinas, quiero con María poder ser campeonas olímpicas porque nos veo muy capaces", agrega.


Ambiciosa se muestra también Corbera: "En Szeged pretendimos hacer lo entrenado, era la primera competición. Sabíamos que los tiempos eran buenos pero no sabíamos cómo estaban las rivales. No podíamos salirnos de lo que ya estaba entrenado para ver dónde estábamos. Fuimos subcampeonas, muy cerquita de las campeonas olímpicas".


"Hasta agosto, individualmente, tenemos que mejorar nuestra forma física. Y hay puntos que no se han trabajado por el poco tiempo para entrenar. Son factores que van sumando y que a mí me ilusionan muchísimo. Con lo poco que hemos entrenado, con lo poco que se ha hecho, con las cosas que podemos sacar de cara al Mundial... estamos muy bien pero vamos a estar mejor", añade.


El objetivo, lo reconoce Jácome, es no volver a pasar por el mal trago del 2021: "El momento de clasificarme para unos Juegos me lo imaginaba muy diferente a como lo viví realmente. Era en mi casa, estaba mi familia y pensaba que iba a ser euforia total. Y cuando vi a María así... nos merecíamos estar las dos allí".


"Iba a ser duro porque teníamos que competir la una contra la otra y una iba a quedar delante. Ese momento no afectó a nuestra relación, pero fue triste. Me hubiese gustado ir con ella, de hecho por eso hemos decidido juntarnos para que esto no vuelva a pasar. Fue raro, un momento que no le deseo a nadie", afirma.


"Yo cuando volví necesite una semana o dos de descanso mental. Encima competimos y a los pocos días viajaban a Tokio, Antía y toda la expedición. Todos los medios se centraron en los Juegos y para mi ese momento fue un tortazo bien dado. Mis entrenadores y mi familia ya me habían anticipado lo que venía, me dijeron que me diera unos días y ya luego cambiase el chip y me centrase en el Mundial. Tuve un bajoncillo", reconoce Corbera. 

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