Desde su regreso a finales del pasado mes de noviembre, el internacional canadiense Kassius Robertson ha resurgido como jugador determinante, rumbo a la historia del Monbus Obradoiro a base de triples.
Sus exhibiciones se han sucedido en los últimos meses. La última el pasado sábado ante el Casademont Zaragoza, al que destrozó con 28 puntos y 6 rebotes para otros 28 créditos de valoración.
El impacto de Robertson es mayúsculo. Su presencia es una constante amenaza para las defensas rivales. En Santiago, donde se siente querido, ha vuelto a brillar tras su decepcionante paso por el Reggio Emilia, donde promedió 8,7 puntos en los siete partidos que disputó en la liga italiana, sus peores números desde que aterrizara en Europa en 2018.
La lesión del estadounidense Marcus Paige le abrió de nuevo las puertas del Multiusos Fontes do Sar, donde había exhibido su muñeca entre 2020 y 2022. La primera temporada jugó 33 partidos y promedió 15,2 puntos por encuentro; al año siguiente se quedó en 14,6 pese a jugar un partido más.
El canadiense optó entonces por regresar a Italia, seducido por una suculenta oferta económica del Reggio Emilia. Apenas aguantó unos meses allí. Acordó su rescisión de contrato y después, tras recibir una llamada de Moncho Fernández, decidió regresar a Santiago para reencontrarse con sus compatriotas Thomas y Philip Scrubb.
Desde su vuelta, Robertson ha resurgido como anotador. Promedia 16,9 puntos por encuentro, rumbo a la Historia del club santiagués, al desbancar al lituano Laurynas Birutis (985) del ranking histórico del equipo en la máxima categoría del baloncesto español.
El canadiense ya es el tercer jugador más valorado (986) de toda la trayectoria en Liga Endesa del Obradoiro, sólo superado por dos históricos como Alberto Corbacho (1.415) y el excapitán Pepe Pozas (1.106).
Robertson, que suma 195 triples con la camiseta obradoirista, también empieza a ser una amenaza para el récord anotador de Corbacho, del que apenas le separan 500 puntos. El canadiense suma 1.216 puntos, por los 1.785 del mallorquín. Superarlo dependerá de que alargue, al menos, un año más su carrera en Santiago
