El Real Madrid se la juega sin red
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El Real Madrid se la juega sin red

El Real Madrid se la juega sin red
El Real Madrid está acusando la escasa aportación ofensiva de su máximo anotador en la fase regular, Dzanan Musa, muy gris en la serie por el título | Quique García

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El WiZink Center acogerá este martes (21.00 horas) el tercer partido de la final, al mejor de cinco, de la ACB, con el Real Madrid buscando, primero, alargar su vida y, después, igualar la serie en su cancha después de que el Barça se impusiera en dos primeros duelos, ambos en el Palau Blaugrana.
 

Tras caer por 97-88 en el enfrentamiento inaugural y por 86-85 en el posterior, al cuadro blanco ya no le queda margen de error; y tendrá que luchar no solo contra su rival sino también contra la historia, pues nadie ha sido capaz de remontar un 0-2 en una final liguera.
 

Pese a ello hay confianza, más si se tiene en cuenta que el plantel de Chus Mateo ya ha vivido un contexto muy parecido este curso. Fue en la Euroliga, ante el Partizan, cuando se convirtió en el primer conjunto que logró darle la vuelta a un 0-2, tras haber perdido, en esa ocasión, en casa.
 

A ese precedente se agarran los jugadores, si bien hay matices distintos, ya que en aquella ocasión era el Madrid el que jugó los dos primeros duelos como anfitrión y, por tanto, pudo acoger el quinto en su feudo. Superada esa dura eliminatoria, acabaría proclamándose campeón de Europa tras alzarse victorioso en la Final Four de Kaunas.
 

El equipo de la capital llega a la cita con las bajas del alero Gabriel Deck y del base Carlos Alocén, quienes no volverán a poder contar con minutos este curso por lesión. 
 

Por su parte, el Barça afrontar la primera oportunidad para proclamarse campeón.  Proteger el factor pista y situar el 2-0 en la eliminatoria no le ha sido nada sencillo, pues ambos fueron encuentros disputados de poder a poder, con un tremendo desgaste físico y mental, que no se decidieron hasta el último cuarto y, además, por pequeños detalles. 
 

El pasado domingo, en el segundo asalto, el Barça exhibió el carácter, la sangre fría y el acierto en los tiros libres que le había faltado en clásicos anteriores para remontar una desventaja de 6 puntos a falta de dos minutos y medio para el bocinazo final. 
 

Resultó determinante Nikola Mirotic, decidido a despedirse del club azulgrana con un título. En el que pudo ser su último partido en el Palau, el ala-pívot firmó 25 puntos y fue protagonista en el tramo final. La motivación del hispano-montenegrino en este último baile será un factor a considerar.

 

Freno a Tavares

Además, el Barça supo limitar la influencia de Walter Tavares, el pívot más dominante de Europa. En ataque, la movilidad azulgrana buscó sacarlo de posición y le castigó con el rango de tiro de Sertac Sanli y Jan Vesely. En defensa, se multiplicaron los esfuerzos para que no recibiera o le costara levantarse en el poste. 
 

Es en el apartado de los intangibles donde el Barça está respondiendo mejor ante un rival que le exige el máximo en todo momento. Una labor coral en la que destaca el trabajo oscuro de piezas como Alex Abrines, Nikola Kalinic y Tomas Satoransky.  Esta consistencia se ve reflejada en guarismos como el rebote. El Barça ganó esta batalla en el primer duelo (31-26) y casi la igualó en el segundo (24-25). 
 

Sarunas Jasikevicius sólo tiene la baja, sabida, del escolta Cory Higgins.

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