Como en todos los inicios de temporada futbolística, la Internacional Football Associatión Board -es decir, los que ‘cortan el bacalao’ en el fútbol mundial- ha dictado nuevas aclaraciones del Reglamento para intentar corregir algunas anomalías que se producen con frecuencia en los terrenos de juego. La cosa no parece fácil ya que a cada nueva normativa le sigue alguna casuística concreta que no se encuentra tipificada en dicho Reglamento. Trataré de recoger estas novedades solamente como información oportuna, sin pretender prejuzgar la idoneidad o no de las mismas y solo como divulgación para los aficionados que puedan estar interesados en las mismas.
Para empezar se intenta responsabilizar al entrenador de todo lo que suceda en el banquillo y en caso de que el árbitro o sus ayudantes no logren identificar al infractor, amonestará al entrenador como responsable subsidiario. También se matiza que pueda ser anulado un gol si alguien desde el banquillo entra en el terreno de juego, pero solo si interfiere en la jugada del gol.
Otra novedad se centra en los descuentos. Como hemos visto en el pasado Mundial de Qatar los descuentos son cada vez mayores y a partir de esta temporada el tiempo perdido en la celebración de los goles también será motivo de descuento. También se decreta sobre la conducta antideportiva en lo que atañe a tocar el balón con la mano dentro del área propia y la posible expulsión del jugador infractor. Solo se hará efectiva si dicha infracción se comete cuando no hay posibilidad de jugar correctamente el balón. Otra novedad para ayudar al árbitro principal consiste en que en lo sucesivo el árbitro asistente reserva -este solo lo vemos en los Europeos o Mundiales- podrá también intervenir aconsejando a los titulares cuando se produzcan dudas importantes.
También se trata de aclarar lo que no puede hacer un portero en la ejecución del penalti: “el guardameta no se comportará de manera que distraiga de forma antirreglamentaria al ejecutor del tiro”. Pero vaya usted a saber si es antirreglamentario rascarse la nariz o apretarse los guantes.
Pero lo que me parece más interesante, y al mismo tiempo más difícil de llevar a la práctica, es la que atañe al fuera de juego. Ni con el árbitro asistente ni con el recurso del VAR parece fácil decidir en estas jugadas. La nueva instrucción indica que no será fuera de juego cuando un delantero en posición antirreglamentaria reciba el balón de un defensor contrario, jugado voluntariamente. ¿Pero quien puede saber si la acción del defensa es voluntaria?. La norma lo explica claramente: “Jugar ‘voluntariamente’ implica que el jugador tiene la posibilidad de controlarlo y pasarlo a un compañero; recuperar la posesión, o despejar, ya sea con el pie o con la cabeza”, dice el citado texto. El hecho de que el pase, el intento de recuperar la posesión, o el despeje del jugador sea impreciso o no logre su objetivo no invalidad la ‘voluntariedad’ de la acción.
Esta y otras indicaciones de menor importancia tratan de mejorar la calidad del arbitraje, pero también servirán para originar reclamaciones y polémicas entre los aficionados, jugadores y clubes. En este sentido cabe recordar las recientes declaraciones del presidente de los árbitros españoles Medina Cantalejo en las que anunciaba reuniones entre los entrenadores y los árbitros para aclarar dudas, así como reuniones telemáticas con los medios de comunicación, con el mismo objetivo.
Pero, al final “¡fútbol es fútbol!”, y “penalti es cuando lo pita el árbitro”, que decía Vujadin Boskov.