Estos días salía a la luz la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre el contencioso de la Superliga. Cuando las dimensiones de las resoluciones alcanzan dosis interpretativas, da la sensación, escuchando a unos y otros, de que todos han ganado. El fútbol se envolvió en un ambiente de nebulosas que no facilita saber para donde se decantó la victoria.
Buscando una simplicidad en la resolución, todo indica que es posible la creación de una nueva competición de élite en el mercado futbolístico, pero también trasluce que el proceso no va a ser nada fácil. Viendo lo que sucedió con el baloncesto y tras las vivencias acontecidas, el camino de encuentro va a estar en el dialogo, sin negociación no habrá solución feliz para ninguna de las partes.
Particularmente, me decanto hacia las huestes de Florentino para marcar el lado victorioso de la balanza. El líder madridista, evidentemente, no es nada tonto y sabe que la constitución inmediata de la nueva competición tiene difícil asimilación. Pero su mayor victoria es el reconocimiento de la independencia económica. El poder establecido entre UEFA y FIFA a nivel económico se ha resquebrajado y abre la vía que estaban buscando los dos grandes españoles. El ‘negociete’ de los actuales gestores se acabó. Los clubes son los verdaderos propietarios de sus intereses y deben estar protegidos y respetados. De todas formas, la película continuará…
Final de trayecto. Se nos va el año entre sensaciones de última hora. Un 2023 donde pudimos vivir, como suele ser habitual, un autentico tobogán de emociones. Unas positivas y otras de difícil asimilación. Cada persona es un mundo y, por lo tanto, desde estas líneas es momento de transmitir mis mejores deseos personales para que el próximo año se puedan cumplir todas las expectativas que tengan previstas a nivel individual.
Por otra banda, y es por la que nos comunicamos en estas líneas, el deporte acapara nuestra atención. Él nos une, nos hace disfrutar, soñar y de vez en cuando, nos genera decepción y contrariedad. Pero también, como buenos deportistas, la adversidad representa estímulo para levantarse y afrontar nuevos retos.
Ríos de tinta se desparramaron bajo el síndrome de la contrariedad. Jornada tras jornada, este Deportivo se sumergió en la incredulidad de sus aficionados, pero hay que pensar que el 24 es el año. Cuatro duros rivales, en enero, marcarán definitivamente el plan por el ascenso. Real Sociedad B, Leonesa, Ponferradina y Celta B impondrán un nuevo ritmo competitivo.
El Leyma se mantiene en la lucha por el ascenso a la ACB. Está muy vivo y la ilusión es el mayor refuerzo para lo que resta de liga. Un reto difícil, viendo la envergadura de sus rivales, pero está en la mano.
Si a un club lo podemos calificar de héroe, este es el Liceo. Imbatible en la perseverancia, cada año afronta una nueva oposición y la supera con enorme capacidad. Todo un ejemplo a seguir.
Todos los clubes coruñeses tienen sus propias ambiciones y propuestas y a todos, les deseo lo mejor.
Feliz Año 2024 a toda la gran familia de nuestro querido diario. El mérito de atravesar cada año el umbral del esfuerzo y dedicación por parte de todos sus profesionales, representa todo un ejemplo para la profesión periodística. Podemos seguir presumiendo de que, en nuestro país, sigue existiendo un diario deportivo.
Como siempre un placer.