La vida sigue...
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Iba a utilizar el adjetivo ‘igual’ para cerrar la frase del titular, pero reaccioné a tiempo. Ya nada es igual, el Deportivo logró una bendita victoria en tierras ‘pulpeiras’ y permite llegar a las navidades con toda la ilusión de que, por fin, se tocó fondo ante el Sestao River. La Navidad fomenta estas cuestiones. Para qué vamos a hacer correr ríos de tinta con que Salva Sevilla nos diga que somos pesimistas, que Soriano nos recomiende que les dejemos trabajar, que el entrenador vaya a su autentica bola en cuanto al planteamiento de los partidos, que Lucas Pérez esté más pendiente de dirigir el tráfico interno dentro del césped que aportar al equipo lo que realmente necesita...


El entorno está feliz por la victoria y no voy a ser yo el que rompa esta sintonía. Centremos toda la atención en las próximas citas de enero. Se recibirá el día 4 a las 19.00 a la Real Sociedad B, se viajará a León, visita de la  Ponferradína  y acabará este primer mes del año con un viaje al actual líder y rival por antonomasia, el Celta, aunque en este caso sea su segunda versión. Tremenda singladura a la que se le debe hacer frente. Los cuatro primeros clasificados tendrán contacto directo con los intereses blanquiazules.


Momento para el todo o nada, conseguir esos 12 puntos sería todo un icono de ilusión. Recojamos este espíritu navideño para aplacar sentimientos de frustración. Todas las fuerzas deben estar canalizadas en alcanzar este autentico reto de capacidad.
Cambio de tercio. Me llamaba la atención, estos días, unas declaraciones del actual ‘rey Midas’ del fútbol europeo, Mark Bellingham. Explicaba las bases de lo que es su gran éxito y todo está fundamentado en el entorno familiar. En un mundo lleno de parafernalias económicas, sus padres son los verdaderos motores: Los Bellingham, para proteger a sus hijos, optaron por dividirse y estar cada uno con uno de ellos. La Reina, como así le llama el madridista a su madre, optó por trasladarse con él hasta la capital de España, mientras que el padre Jude,  se quedaba en Inglaterra con Jobe, el pequeño, el cual juega en la segunda división inglesa con el Sunderland. El actual líder madridista, hablaba así de su progenitora sin caérsele ningún diente: “Creo que ella desempeña el papel más importante, incluso más que mis propios entrenadores”. Y de su padre, nos trasladaba lo siguiente: “Mi padre es mi héroe, verlo jugar en una liga amateur de la forma que lo hacía, me hizo enamorarme de este deporte”. “A mis padres los admiro, hacen todo lo posible para que su hijo pueda concentrarse en el fútbol”.


Pues visto lo visto y tal como se desenvuelven muchos de los que se creen autenticas figuras de parvulario, a ver si estas palabras pueden hacer valer más de una reflexión.


Finalizo deseándoles mi más sincero sentimiento navideño a todas las buenas gentes del mundo del deporte. Se lo merecen, seguro. 


Como siempre un placer.

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