¡A tomar vientos!
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¡A tomar vientos!


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El titular refleja lo que alguien decidió que pasara con la participación deportivista en la Copa del Rey. La competición jerárquica por antonomasia, la que proporcionó una de las mayores satisfacciones a la familia blanquiazul, de nuevo es vilipendiada de una forma asintomática, basándose únicamente en que hay que centrarse en lo único importante, la lucha por el ascenso al fútbol profesional. Ya se sabe que no se consuela el que no quiere. Siempre fui de la opinión de que este proceso representaba la defensa de los mediocres cuando no se podían alcanzar los objetivos. Simples disculpas.


Tal y como está el panorama, lo mejor será cerrar página y no abrir debates. Pero lo que si me gustaría puntualizar es la corriente que se genera  con la eliminación: “los suplentes no ofrecen garantías y los jugadores de la cantera no tienen suficiente nivel”. Viendo la alineación del Sr. Cano, entiendo que es pertinente marcar líneas diferenciadoras. Se compone una alineación de suplentes, aderezada con gente de la cantera. Vamos… arrojar a los chavales a los pies de los caballos con todas las consecuencias: “Aquí lo tienen, que demuestren ahora su valía”. Que craso error. Si realmente quieren dar a esos chicos el protagonismo que su actuación diaria presupone, sería mucho más conveniente irlos introduciendo en lo que sería el equipo en su máximo exponente. En un cuadro basado en ausencias, las carencias se multiplican y se deja a estos “peones con gran futuro” sin ningún tipo de arropamiento.


Un posicionamiento, muy habitual por otra parte, que deja a la claras la falta de visión de muchos técnicos sobre el trabajo de cantera. El ejemplo más sonoro en Guijuelo es el de Yeremay, donde en la previa eran él y diez más. Lo malo es que apenas toco el balón y cuando lo hizo, estaba perdido. La Copa merecía otra compostura.


Cambio de tercio. Comienza el Mundial esta semana. Se dice que es el de la vergüenza. No voy yo a contradecir esta afirmación, incluso me reafirmo en ella, pero añadiría que de este tipo hay muchas vergüenzas que paliar en el mundo y no se actúa de la misma forma para erradicarlas. Ya se sabe que el fútbol es como la vida misma pero con altavoces.


En lo que nos afecta directamente, vuelvo a señalar mi diana hacia el máximo responsable, D. Luis Enrique, que mantiene su táctica: yo +yo= 2yo. A partir de aquí, todo lo que proponga este caballero me resulta altamente cuestionable. Dejando al margen su irritante puesta en escena, cualquier convocatoria de este nivel siempre será cuestionada en algún punto, pero la actual resulta altamente perjudicada ante cualquier sentido de la lógica. No es la selección de España, es la selección de Luis Enrique. A pesar de ello, animaré sin fisuras.


Finalizo. Veo campos de fútbol en A Coruña prácticamente sin un uso adecuado, por ello pregunto: “¿No estaría bien que el Concello llegase a acuerdos con sus propietarios para sacarle el máximo provecho en beneficio de todos?. Gestión es lo que se necesita. 


Como siempre un placer.

¡A tomar vientos!

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