El partido del sábado no es un amistoso, ni para el equipo ni para la afición. Es un ensayo general antes de enfocar todos los esfuerzos en el primero envite del playoff.
Con el objetivo de mantener la segunda plaza cumplido y con un buen número de puntos en el zurrón, la temporada del Deportivo será fenomenal si se consigue el ascenso y un desastre en caso de que no se logre volver al fútbol profesional. Posiblemente sea así de injusto, pero también así de evidente. El fin último de este curso que finaliza es retornar a Segunda y, todo lo que no sea eso, se llama fracaso.
No sé si los futbolistas habrán dado ese paso adelante que se les pide en un momento tan importante, dejando atrás el claro nerviosismo mostrado en algunas de las jornadas precedentes. Imagino que sí.
Este plantel es bueno, está capacitado para ganar los tres encuentros que restan y, sobre todo, para dar una alegría a una afición que, sin duda, no merece el calvario que lleva pasando en las últimas temporadas. Desde luego, ya va tocando sonreír un poco.