T odo el mundo sabe que el germen del actual R.C. Deportivo se produjo en un gimnasio existente en el número 49 de la calle de la Galera, conocido como la Sala Calvet, regentada por don Federico Fernández-Amor Calvet.

Existía ya el Club Corunna, que fue el primero en organizar partidos de ‘football’ en nuestra ciudad a principios del pasado siglo y que durante un tiempo tuvo sus locales en un edificio del Cantón Grande.

Parece ser que un buen día los componentes del Coruña asiduos a la Sala Calvet, retaron a los atletas de dicha sala a disputar un encuentro del nuevo deporte del balompié, iniciándose así la historia del Deportivo de la Sala Calvet.

Desconocemos dónde estaban sus primeras sedes, ya que los primeros carnets hacen referencia a la casa del Secretario del Club, Salvador Fojón, en el ultramarinos que poseía su padre en el nº 53 de la calle de San Andrés.

Entrados ya en la segunda mitad del siglo XX, muchos recordarán también el local de la Avenida de la Marina, en los soportales de las Casas de Paredes. Durante mucho tiempo, en estos locales se despachaban los carnets de socio y los abonos para el Teresa Herrera, produciéndose en esas fechas largas colas que llegaban hasta el Teatro Colón. Trabajaban allí emblemáticos empleados como el recordado Lisardo Méndez y mas recientemente solía ver allí al directivo Pachi Dopico ayudando en esas labores.

En marzo de 1962 se celebraba en ese local una tensa reunión de la Junta Directiva en la que el presidente Cebrián Brizuela destituía a toda la Directiva y se quedaba solo al frente del Club. Pocos días después el Deportivo, liderado por Amancio y Veloso, alcanzaba el ascenso a la Primera División y los aficionados coruñeses recibíamos a los jugadores a su regreso de Bilbao delante del local de La Marina.

Con posterioridad -en noviembre de 1962- el Club, sin abandonar aquel local de la Marina, se trasladó al primer piso del edificio nº 135 de la Plaza de Santa Catalina. Ante ese local, en marzo de 1966, volvimos a reunirnos los aficionados para recibir al equipo a su regreso de Barcelona donde, tras empatar con el Condal, habían conseguido un nuevo ascenso a Primera. También allí, en agosto del año siguiente, eran recibidos el coruñés Benito Castejón, entonces Secretario de la Delegación Nacional de Deportes, acompañado de José Luis Costa, presidente de la Federación Española, quienes fueron agasajados por la directiva deportivista presidida por Antonio González y a los que se les impuso la insignia de oro y brillantes del Club.

Finalmente, en el año 1972, el Deportivo consigue el apoyo del Conde de Fenosa para adquirir el local de la Plaza de Pontevedra, que fue inaugurado un 26 de agosto de aquel año, con los murales del pintor Francisco Creo retirados del local de Santa Catalina, y que es la actual sede del Club. Como es historia reciente, los aficionados deportivistas ya se imaginan la de reuniones importantes que allí se han celebrado, la mayoría en la larga presidencia de Augusto César Lendoiro y su costumbre de tener a la prensa esperando la confirmación de los grandes fichajes que en esa etapa realizaba el Deportivo.