La dinámica actual del baloncesto se centra en la moda de las rotaciones de jugadores sobre la pista, según los actuales expertos en la materia es para lograr sacarles su mejor nivel en tiempos concretos.
Una gestión de dirección de equipo que suele llevar a situaciones realmente sorprendentes, en cuanto a marcadores parciales, unos auténticos toboganes. Quintetos en pista que emergen o naufragan dependiendo de los equilibrios.
Para los equipos “terrestres” me sigo aferrando a la vieja gestión de ir introduciendo los cambios según se desarrollen los acontecimientos. Nada de planteamientos radicales.
El pasado sábado fui testigo del partido celebrado en Santiago, que enfrentaba al Obradoiro CAB y el FC Barcelona correspondiente a la liga ACB.
Al cuadro que entrenaba el gallego Moncho Fernández, se le sumaban un buen número de bajas. Cuatro de los “tenores” caían víctimas de las lesiones y no podían participar en el evento. Tal circunstancia presentaba una expectativa realmente adversa, teniendo en cuenta el potencial del rival. Nada hacía presuponer un desenlace favorable para el cuadro gallego.
Pero é aquí, que como en todo cuento de hadas, el plan B dio sus frutos. Los que estaban dispuestos, tomaron las riendas del choque y lograron meritoriamente la victoria con la modalidad de la vieja usanza. Esto me prueba que cuando los jugadores se sienten respaldados en sus minutos, suelen asumir roles de liderazgo que muy difícil lo harían con la propuesta de “café para todos”. Aquí no incluyo a los “grandes”, los que disponen de amplios “vestuarios” para afrontar distintas variantes competitivas. Eso es otra historia.
Dicho esto, decir que presencié una excelente jornada de baloncesto que se decantó por una victoria gallega.
Cambio de tercio. Al terminar de escribir estas líneas desconozco lo sucedido con la Selección Española en el “derby” particular con los vecinos marroquíes, esperemos poder seguir viendo el “canal Luis Enrique”.
Por otro lado, no puedo, tampoco, trasladarles la versión blanquiazul sobre lo sucedido en tierras extremeñas.
Pero lo que sí haré, es mostrar mi satisfacción por el cambio de posicionamiento que le estoy observando a este nuevo Deportivo, ante el Córdoba me gustó, sólo faltó el gol, pero en muchos aspectos se dio un salto importante hacia adelante. Desearía que en Badajoz siguiese en esa tónica.
Finalizo. Se arreglaron algunos campos de A Torre, pero hay mucho que hacer. Alguno da mucha pena. No será porque no se dice.
Como siempre un placer.