Al ver el once del Depor antes del comienzo del partido se dibujaba una sonrisa en las caras de la afición. Trilli en el lateral, Villares en su puesto, Álex con galones en la medular, Yeremai debutando de inicio...
Todo lo que pedía Riazor cada quince días tenía mucho sentido, el que ha faltado últimamente en las decisiones del club, tanto en el campo como en los despachos.
Es evidente que no se ha ganado nada, sí asegurado el playoff, pero las sensaciones y el estado de ánimo, que son aspectos importantes, parecen estar alineadas de nuevo con el equipo.
En la última jornada habrá que vencer en Pontevedra y esperar para ver si se puede ‘arañar’ una plaza, subir un puesto, para contar, al menos en el primer envite de la promoción, con el factor campo a favor, así como si hay un empate. De cualquier manera, si el Depor emplea bien sus armas es un bloque capacitado para ganar todos los partidos que le quedan hasta el final de la temporada y ascender. Ojalá. El primer paso está dado. Riazor tenía razón.