Coincidiendo con el cierre del mercado invernal salió director técnico del Club (Carlos Rosende) a explicar los últimos movimientos del cuadro coruñés. Dentro de la lógica institucional, justificó las entradas y salidas de jugadores con el convencimiento de que se ha mejorado la plantilla y se ha dado “un salto de nivel”.
Quizás no le falte razón a Rosende pero hay que recordar que es el mismo responsable que diseñó la plantilla en el pasado mes de junio para iniciar la temporada 22/23. De aquel plantel desaparecen nada menos que cuatro futbolistas y en esta ventana de enero se incorporan cinco nuevos fichajes. Hay algo que no suena bien en esta planificación deportiva.
Dejan el Club Gorka Santamaría, prácticamente inédito y sin poder juzgar si es bueno o no debido a que no tuvo oportunidades. También sale Granero y Retuerta que no contaban para el técnico. Más difícil de entender es la cesión de Víctor Narro, un jugador de futuro que podía dar un buen resultado en su puesto. Según el director técnico, estos jugadores no contaban con minutos para Óscar Cano.
Esos huecos en el equipo los cubrirán Lucas Pérez cuyo fichaje que ha sido un gran acierto por la calidad del delantero, el compromiso de un jugador de la casa que baja dos categorías para unirse al proyecto y, no menos importante, por el rearme anímico del deportivismo. Otro veterano, en este caso Arturo Rodríguez (Cartagena, 1989) -por cierto, sobrino del escritor Arturo Pérez-Reverte-, reforzará la punta de ataque. Cuentan quienes lo conocen que va bien por alto y juega muy bien de espaldas a la portería rival.
Se incorporan también el lateral ucraniano Lebedenko (Lviv. Ucrania, 1998) para aportar experiencia en un puesto que no acababa de tener dueño. El centro de la defensa se refuerza con la llegada del prometedor Pepe Sánchez (Linares. Jaén, 2000) procedente del Granada y que sustituye a Granero. Y por último aterriza en Riazor el extremo Kike Saverio (Génova. Italia, 1999), jugador criado en la Masía donde llegó a jugar un partido de Copa del Rey al lado de Sergi Roberto, Piqué, Dembélé a las órdenes de Ernesto Valverde.
Y hasta aquí el parte oficial de esta extensa operación Renove. Lo cierto es que, salvo excepciones como Lucas, el mercado invernal no es más que un intercambio de cromos entre equipos que tratan de vender ilusión entre sus aficionados. Los que salen del Club no tenían minutos, pero los que vienen tampoco jugaban en sus clubes de procedencia. Algunos porque salen de una lesión importante, otros porque debido a su juventud necesitan foguearse en otros equipos. Y aquí viene la parte dramática del caso: ¿por qué los jóvenes valores de la cantera de Abegondo no juegan en este equipo y se apuesta por todo lo que venga de fuera?
@pgarcia_ramos