No hace mucho que les trasladaba que lo que sucedía en torno a la Federación Española de Fútbol, estaba convirtiéndose en una tormenta perfecta de consecuencias insospechadas.
Pues llegó la hora del escándalo público. La pasada semana, la policía judicial registraba la sede federativa en Madrid, la residencia privada de su presidente y otros lugares marcados como referencias de corrupción.
Como ya deben conocer a estas alturas del drama, el máximo mandatario, el Sr. Rubiales, se encontraba fuera del territorio nacional cuando se actuó policialmente. La orden de detención que llevaban entre sus papeles los inspectores, no pudo llevarse a cabo. Pero en respuesta a los medios de comunicación, anunció que regresaría a España el 6 de abril, poniéndose a disposición de su señoría para responder sus requerimientos. Eso sí, se pudieron ejecutar las siete dirigidas a sus más fervientes colaboradores, quedando en libertad con cargos.
Espero y deseo, que todo este espectáculo jurídico-mediático tenga el fundamento adecuado y no suceda como en otras muchas actuaciones de similar calado, donde todo quedó en aguas de borrajas.
La Federación Española se encontraba en pleno proceso electoral, quedando todo él paralizado por el affaire. La imagen del fútbol español se encuentra muy tocada por diversas causas, el tema Negreira, el beso a la jugadora Jenni Hermoso en la celebración del Mundial femenino, la disputa de la Supercopa en tierras árabes... A todo esto con la concesión de un Mundial para nuestro país en el aire.
Habrá que esperar acontecimientos, pero como les digo siempre… ¡en qué manos estamos!
Cambio de tercio. Después de pegar un salto cualitativo y cuantitativo en la tabla de clasificación, el riesgo de este Deportivo era el de poder caer en una depresión motivada por el miedo a ganar. Para contrarrestar esta situación, colocaba como clave, solventar las visitas al Rayo Majadahonda y al Cornellá. Dos victorias a domicilio contra dos equipos “asequibles”, devolviendo el sentido de jefatura que el equipo pudo poner en duda en algún momento por su sentido de responsabilidad.
El primer paso ya está dado, queda la segunda parte, la más dura. Cada partido es una reválida y todo esfuerzo y entrega es poca.
Estas palabras podría trasladárselas a la acera de enfrente. El Leyma volvió a encontrarse con la victoria ante el Cáceres. Con otro pasito más, volvería a recuperar el sentido del liderazgo lo que le llevaría a culminar la gran proeza. Viendo el ambientazo que hubo el pasado domingo en el santiagués pabellón de Sar en Santiago con motivo del derby entre el Obradoiro y el Breogan, uno puede sacar conclusiones de lo que sería el ascenso del equipo coruñés a la ACB. Un autentico bombazo para la ciudad si se lograse el ascenso conjunto del Deportivo, tanto en el área masculina como femenina, y por otro lado del Leyma Coruña. Habría un antes y un después. Por soñar que no quede.
Finalizo. La inquina de la FIA con Fernando Alonso es muy llamativa. Cuando no tienen argumentos serios para pasarle factura, se los inventan. Mirando hacia atrás, parece como si Hamilton pudiese campar a sus anchas en los circuitos y el español tuviera que pilotar con un dron encima de su bólido para poder analizar, de forma espuria, su pilotaje. Vivir para ver.
Como siempre un placer.