“Lo cierto es que no hemos perdido hasta ahora” es la frase que ha pronunciado el entrenador del Deportivo, Borja Jiménez, como si hubiera realizado un pequeño balance de las primeras cinco jornadas que ha disputado el equipo. Y, sí, es verdad que el conjunto coruñés no conoce la derrota todavía pero su puesta en escena ha albergado una serie de dudas importantes que ha hecho sembrar una ligera inquietud entre los fieles aficionados de Riazor.
Visto lo visto, ha cundido la sensación que el conjunto de la plantilla blanquiazul es menos consistente que la del año pasado. Son simples observaciones iniciales pero que han tomado cuerpo entre los seguidores que presencian todos los partidos del equipo. Hay líneas que dan la sensación de una cierta endeblez y eso, con la competición ya empezada, no es lo más positivo.
Naturalmente, en el fútbol existen todo tipo de disculpas y el lenguaje balompédico es enormemente amplio. De eso hablábamos no hace mucho, de los tópicos utilizados por jugadores y entrenadores, pero lo cierto es que el Deportivo ya ha perdido algunos puntos con respecto al Córdoba, líder del grupo, que ha presentado sus cartas credenciales y ha solventado las cinco jornadas con otras tantas victorias. Se trata, sin duda, del rival a batir y no conviene dejar escapar los puntos de manera fácil porque puede resultar definitivo, como ya ocurrió la temporada pasada con aquella racha positiva del Racing de Santander unida a la negativa del propio Deportivo. Si en puntos el equipo ya ha acumulado un pequeño déficit contra el principal rival, en cuestión de juego todavía podría salir peor parado el conjunto que dirige Borja Jiménez. Hablábamos antes de sensaciones y realmente, vistos los partidos disputados hasta la fecha, el juego del equipo blanquiazul ha sido pobre y ha dejado mucho que desear (véanse los últimos ejemplos ante Celta B y Talavera). Solamente ha habido “arreones” en los momentos finales, a los que habitualmente se llega con el marcador desfavorable.
Naturalmente, todo lo que hablamos es pura teoría y, como se suele decir, los rivales también juegan. Y el nivel de los contrincantes en este primer grupo parece superior al del año anterior. Pero el Deportivo tiene una presión (obligación) añadida sobre los demás, por lo que representa, y tiene que hacerla valer en sentido positivo. Falta mucho, de acuerdo, pero convendría adecuar cuanto antes la mentalización y la concentración en aras de conseguir el único resultado que satisfaría a la fiel hinchada deportivista.
