N o es bonito ver al depor en la tercera categoría nacional. Pero ya que hay que seguir en esta ‘travesía por el desierto’, siempre resulta reconfortante que las nuevas incorporaciones valoren la importancia del equipo blanquiazul en la historia del fútbol español.

Efectivamente, ya sabemos que el prestigio o el palmarés no ganan partidos. Pero, como comentó ayer Paris Adot, fichar por el Deportivo es un plus para cualquier jugador o entrenador. Si a ello le unimos ambición máxima y un proyecto ilusionante, parece normal que un deportista se motive y asuma el reto.

Y aquí entran los dos brazos de una balanza, es decir, qué pesará más, la presión o la motivación. Hasta el momento, la obligación de tener que ascender sí o sí está siendo una losa demasiado pesada, de la que se han beneficiado el resto de rivales. Así que hay que intentar que se produzca el cambio. Jugadores curtidos, como Paris Adot, tienen que demostrar que saben manejar este tipo de situaciones y que pueden ayudar a que, por fin, nos llevemos una alegría.