El mejor campeonato de categorías inferiores. El más competitivo. El único que habría jugado y el último que podrá jugar. Todo eso y mucho más se pierde Yeremay Hernández, ausente de este Europeo sub 21 por una lesión que parece tan leve —según los comunicados de RFEF y Deportivo— que da pena que no pueda estar en la cita continental.
Dolió ver el Eslovaquia-España y escuchar cómo se le citaba casi más que a algún futbolista que jugaba pero, a la vez, no poder disfrutarlo. Como dolerá ver hoy el partido contra Rumanía y pensar en lo que pudo haber sido y no es.
Sí, como habrá podido comprobar, soy amante del fútbol de selecciones. Aún así, entiendo que el hincha del Deportivo celebre que su futbolista más determinante se haya podido tomar unas merecidas vacaciones en tiempo y forma para, de paso, apagar el móvil en estos momentos de enorme ruido. Claro que sí. Tener a Yeremay disfrutando en Canarias es una bendición pensando en el corto plazo.
Sin embargo, no me puedo sacar de la cabeza que no contar con ‘Yere’ en el Europeo es, también, una oportunidad perdida. Para el chico lo primero. Porque por muy feliz que esté en sus islas, una Eurocopa es una forma de probarse a un altísimo nivel continental. Más allá de subir su cotización, experiencias así enriquecen. Te hacen mejorar.
Mientras, pensando en el Deportivo, solo encuentro ventajas a poder decir que, estando en Segunda, has sido capaz de proyectar a un chico de tu cantera a la selección. Lucir tipo en semejante escaparate solo puede hacer que te veas más guapo. Y, de paso, que el resto también te vea así.