Ni tan mal, pensaron muchos cuando la RFEF anunció que Yeremay no jugará el Europeo sub-21, debido a unas molestias en la rodilla izquierda. “Las pruebas médicas descartan cualquier tipo de afectación grave”, se apresuró a aclarar el Deportivo, así que no hay nada que temer de cara a la pretemporada y al menos no existe el riesgo de que retorne con una lesión de mayor gravedad de Eslovaquia. Encima, sin el escaparate del Europeo de la categoría, habrá menos mirones que pongan sus ojos sobre el ‘10’ blanquiazul.

Pensando en el aficionado, hasta salimos ganando porque cuanto menos se exponga públicamente el canario, menos opciones habrá de que venga un club potente a poner la pasta —“Show me the money”, que decía Jerry Maguire, el personaje interpretado por Tom Cruise—, aunque dudo que quede algún director deportivo en Europa que no sepa quién es este jugón que ha finalizado su temporada de debut en Segunda con 15 goles, 5 asistencias y un ilimitado repertorio de highlights.

Ahora, que Yeremay se centre en disfrutar de las vacaciones de verano, en descansar de una temporada que para él ha sido muy intensa —sin recambios de excesivas garantías en el banquillo— y en recuperarse de las molestias en la rodilla para iniciar a tope la pretemporada, esperemos que en Abegondo y no en otro destino.

Dinero o disfrutar de un jugador franquicia sobre el que construir el Dépor del futuro. Oportunidad de hacer negocio o apuesta por quedarse con las perlas que deben volver a hacernos grandes... He ahí el dilema y queda todo un verano por delante para resolverlo.