Hace pocos días, saltaba la noticia de que la Unión Europea daba 8 años para la retirada de los céspedes implantados en las instalaciones deportivas, debido a la importante contaminación que provocaban los cauchos integrados. Pero en cambio y visto los graves antecedentes que fueron surgiendo a lo largo del tiempo, nadie adopta ninguna medida para erradicar las vallas metálicas que circundan el 95% de los campos de fútbol de nuestra autonomía y que representan un gran peligro para todos los deportistas que practican deporte en las citadas instalaciones. Este pasado fin de semana fui testigo directo de dos acciones, que por suerte no fueron a mayores, pero pudieron causar un grave daño a dos jóvenes jugadores de fútbol.
Si en cualquier obra que encontremos en la vía pública obligan a recubrir con protección las zonas expuestas para los viandantes, cómo no se van a tomar medidas ante deportistas que actúan con gran velocidad y potencia en sus acciones. Entiendo que se debe actuar de forma inmediata y para ello conmino a los ayuntamientos y a la propia Xunta de Galicia a tomar cartas en el asunto y prevenir situaciones que serían difíciles de justificar a estas alturas.
Cambio de tercio. No hace mucho les trasladaba que el conflicto de intereses, con la salida de Rubiales del círculo, había facilitado al ‘dios Tebas’ un mayor poder fáctico. Pues ya tenemos las consecuencias de todo ello, la Liga de Fútbol Profesional aprobó, en su última asamblea, una subida salarial para su presidente que podría llegar hasta los 5,47 millones de euros.
El bono más lucrativo es el correspondiente a la facilitada por la comisión delegada (sus ‘amigos’), donde se le puede conceder un extra de hasta el 90% de su salario y asegurarse unos ingresos base de 4,1 millones. Nada que decir, ya que son una entidad privada y su dinero pueden gestionarlo de la forma que les sea más conveniente. Pero está claro, el poder con el que se mueve este señor, hace y deshace a su total antojo. Hasta el gobierno está bajo su yugo organizativo y eso que son políticamente antagónicos.
Punto y seguido. Aunque las sensaciones fueron las que fueron y el sufrimiento fue persistente, ¡GANÓ EL DEPORTIVO! El mundo del deporte se mueve por estímulos, esperemos que esta victoria signifique un punto de inflexión que facilite una escalada imparable. Este fin de semana se recibe a uno de los gallitos de la competición, una buena piedra de toque para calibrar el cambio de tendencia. Hay que pensar en un futuro más prometedor, tampoco es tan difícil.
Finalizo. No me sorprende que los vecinos y miembros del colectivo futbolístico de la zona se sorprendan sobre las instalaciones que están a punto de finalizar en el parque de Eirís. Lo llevo denunciando desde hace mucho tiempo, siempre es bueno la generación de nuevos proyectos deportivos, pero hacer ‘cajas de cerillas’, con perdón, no me parece lo mejor para una ciudad como A Coruña. Además, no han previsto que los fines de semana acudirá una gran cantidad de vehículos para llevar y traer a los deportistas, colapsando aún más, si cabe, la zona. Preveo un caos circulatorio. Al tiempo.
Como siempre un placer.