Mbappè y las sorpresas
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Mbappè y las sorpresas


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E Solemos seguir más o menos de cerca la actualidad tanto del fútbol nacional como internacional. Por ello, no somos ajenos al acontecimiento más llamativo que se ha producido en los últimos tiempos, que no ha sido otro que el fallido fichaje de Mbappé por el Real Madrid, después de haberse anunciado de todas las formas que el jugador firmaría por el equipo blanco.


Pero en toda esta malograda operación hay dos cosas que no tienen explicación alguna y que han causado sorpresa, aunque no se está haciendo hincapié en ello, de forma sorprendente. Lo primero es que el Real Madrid no haya firmado ningún papel con el jugador francés. Hubiera sido un documento muy valioso a la hora de echar mano de él, tras la sorprendente marcha atrás del futbolista. Pero resulta que Florentino Pérez (uno de los más importantes empresarios de España) parece haberse comportado como un simple aficionado y pensó que un acuerdo verbal era suficiente. Ni siquiera consiguió del entorno del jugador un papel firmado por el que pudiera compensar, en metálico, al Real Madrid tras el chasco sufrido por su directiva y sus seguidores. 


Se ha hablado de la influencia del presidente de Francia, Macron, así como de la intervención económica del estado de Qatar a la hora de convencer a Mbappé para que se quedase en el París Saint Germain. Se dice que va a cobrar el oro y el moro (nunca mejor dicho), que va a poner y quitar jugadores, que no se fichará un entrenador sin su visto bueno. Además, se habla que cobrará una prima de contrato de más de 300 millones de euros, además de un contrato estratosférico. Pues bien, ahí viene la segunda sorpresa: después del descomunal esfuerzo económico que hace el equipo francés, resulta que el jugador firma tan sólo por tres años, hasta 2025. Y puede quedar otra vez en libertad en esa fecha, con tan sólo 26 añitos. ¿De cuánto puede ser el próximo contrato de Mbappé, con la carta de libertad otra vez en la mano? ¿Por qué son, aparentemente, tan ingenuos en el club galo a la hora de amarrar al futbolista por tan sólo tres años?
Todas son incógnitas ahora mismo, pero estamos seguros que se irán resolviendo y conociendo según vaya pasando el tiempo. Unos se comentarán a otros las novedades y, en menos de lo que se espera, aparecerá una versión fidedigna en cualquier medio de comunicación. Mientras tanto, sólo queda “alabar” el cuajo que ha demostrado un chico de 22-23 años a la hora de manejarse públicamente sin decir una palabra durante muchos meses. Desde luego, promete como político.

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