Máis altas, máis rápidas, máis fortes
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Máis altas, máis rápidas, máis fortes


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Citius, altius, fortius, el lema de los Juegos Olímpicos, sirvió de inspiración para  bautizar uno de los programas puestos en marcha por la Concejalía de Deportes en los colegios: ‘Máis rápidas, máis altas, máis fortes’ y que nos está dando tantas alegrías. Nació en el seno del grupo de trabajo de Mujer y Deporte del Consello Municipal do Deporte, se probó el curso pasado con un gran éxito de participación y aceptación. Éxito que se constata con el gran aumento de solicitudes por parte de los colegios para este curso.
Empeñados en visibilizar el deporte practicado por mujeres, acercamos a los escolares las distintas especialidades deportivas practicadas por los clubs de nuestra ciudad que quisieron unirse a la propuesta. Así, a los centros se han acercado deportistas, entrenadoras, árbitras y directivas para charlar con los alumnos,  para visibilizar y difundir el deporte practicado o dirigido por mujeres y finalizar con una práctica del deporte en cuestión.
 

Es la etapa escolar la mejor para introducir los diferentes deportes, para que los chavales conozcan todas las posibilidades que tienen, que afortunadamente son muchísimas en esta ciudad, y creemos que una buena manera de hacerlo es con este tipo de programas que buscan una infancia más saludable y equilibrada, programas que buscan visibilizar el deporte practicado por mujeres, programas que no buscan que salgan grandes deportistas, sí mejores ciudadanos, más sensibles y cultos y que ya consiguieron que muchos de los alumnos se animen con deportes que nunca antes habían practicado. Somos firmes convencidos de que el deporte escolar es educación, no competición. Y es educación en valores, en la vida. Respeto, no siempre se gana y debemos respetar al que lo hace. Trabajo duro, también en equipo. Aprender a ser competitivos, a veces cuesta, y el deporte nos enseña a pelear por unos objetivos, por mejorar para competir contra los que son mejores que nosotros comprendiendo nuestras limitaciones y convirtiéndolas en ventajas.
 

El deporte enseña a gestionar emociones, a tolerar la frustración, autodisciplina y autocontrol, templanza. Valores que parece que, en los tiempos que corren, el mundo adulto debería repensar.
 

También el espíritu de sacrificio. La capacidad que tenemos para aceptar el sacrificio como camino para alcanzar un fin mayor nos proporciona una gran fortaleza mental. El deporte es sacrificio y también donde la justicia está por encima de todo. Si se trabaja duro, con esfuerzo, disciplina y sacrificio, se puede triunfar.
 

Por eso es tan importante llevar el deporte a las escuelas, todas las disciplinas posibles, a los más pequeños, en la edad perfecta para empaparse de todos estos valores tan necesarios para una vida en equilibrio. 

Máis altas, máis rápidas, máis fortes

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