Tengo la satisfacción personal de que un grupo de amigos, seguidores del R.C. Deportivo de La Coruña, depositaran en mí la confianza para liderar la creación de una peña futbolística con el nombre de LUISITO SUÁREZ.
Reconozco que no entraba entre mis planes tal aventura, pero tras un tiempo de análisis, acepté el reto de la mejor de las formas. Lo asumo con toda la responsabilidad que conlleva el prestigio de un coruñés, icono futbolístico mundial, al que muy pocos podrán, ni siquiera, igualarse. Historia viva, que pasado el tiempo en la “emigración”, mantiene, con orgullo, su acento de Monte Alto allí por donde pasa.
Tras rebobinar su currículum, me sorprendió que hasta la fecha nadie hubiera asumido semejante reto. Es como si su figura deambulara en el limbo de la historia deportiva coruñesa. Entiendo que tendrán la misma impresión tras esbozarles un breve resumen de su andadura deportiva: Nacido un 2 de mayo de 1935 en la calle de La Torre, destapó su esencia, con los colores blanquiazules en 1952, de la mano del técnico argentino Alejandro Scopelli. Su fino deambular como interior izquierdo, lo catapulta a fichar por el F.C. Barcelona en 1954, donde permanece siete temporadas, logrando dos títulos de Liga, dos Copas del Generalísimo y dos Copas de Ferias. En 1961, rompía la “armonía” del fútbol español, resultó ser uno de los primeros jugadores que fichaban por un equipo extranjero. El Inter de Milán rompía la hucha para traerse al mejor jugador de la época. Allí materializó una exitosa carrera con dos Copas de Europa y tres títulos ligueros. Todo este bagaje le sirvió para ser galardonado con el Balón de Oro, único masculino hasta la fecha en nuestro particular Reino. Ya en la recta final de su dilatada carrera ficha por la Sampdoria, cerrando el ciclo a los 38 años. Su vinculación con la Selección Española se alargó en 32 citaciones, estando presente en el título obtenido en la Eurocopa del 64 y disputando los mundiales del 62 y 66.
Tras ese periplo, se estableció en Italia como entrenador, regresando, en 1978, a Coruña para dirigir al Deportivo. Tras este efímero paso por Riazor, fue reclamado por la Federación Española para asumir su dirección técnica, conquistando la Eurocopa Sub-21 en 1986 y siendo Seleccionador Nacional absoluto entre 1988 y 1991. En el año 2001 ingresó en la Real Orden del Mérito Deportivo, recibiendo su medalla de oro.
Humildemente, la Peña que presido nace con el espíritu de seguir generando sinergias positivas hacia este Deportivo en momentos muy delicados, pero también en realzar, si cabe, la figura de Luisito Suárez entre las generaciones de los que se van incorporando a nuestro círculo deportivo y social. Bien se lo merece.
Como siempre un placer.
