Y a era hora de que se pudiera hablar medianamente bien de las actuaciones del Deportivo. No es que el equipo juegue como los ángeles, pero hay que reconocer que ahora los de Idiáquez dan una mayor sensación de consistencia y representan una mayor dificultad para los rivales.
La claridad ofensiva, la falta de gol, sigue siendo una característica principal del equipo blanquiazul. Le cuesta mucho marcar y los goles están muy repartidos pues entre los máximos goleadores apenas aparece un delantero y son varios defensas y centrocampistas los que se distinguen en una misión que claramente no es la suya.
Pero, claro, quién puede fichar un goleador a estas alturas. El Deportivo no puede hacerlo, primero porque no los hay disponibles en estas fechas y, en segundo lugar, porque –si los hubiera– cuestan mucho dinero y la apuesta también tendría un riesgo considerable. Pero sí hay algo incuestionable: veinticuatro goles en veintiún partidos es una cifra muy baja para un aspirante al ascenso. Ahora llegan dos nuevos refuerzos-incógnita para paliar ese déficit.
De cualquier forma, parece que el Deportivo ha entrado en unas fechas llenas de optimismo de cara a afrontar el futuro. El mensaje es otro y las caras, también. Es mejor pensar positivamente que verlo todo negro. En el fútbol, desde siempre, los resultados hacen cambiar cualquier situación. Y eso es lo que ha ocurrido en enero.
Sin embargo, el ascenso directo está todavía muy lejos –a cinco puntos–. Es verdad que el líder puede fallar, pero tienen que darse varias cosas a la vez, como que varios equipos como el Nástic de Tarragona, la Cultural Leonesa y el Celta B, cometan unos cuantos errores y que el Deportivo los aproveche. Y eso parece más difícil, aunque no vayamos a ser pesimistas ahora que el equipo parece esperanzado.
Hay que reconocer que el que más fe tiene en el proyecto es el propio entrenador. En los malos momentos no dudó de sí mismo, cuando muchos los hacíamos. Y su convicción parece ir calando entre la plantilla. Además, ha dado cancha a varios jugadores de la cantera –con las limitaciones que ello lleva consigo, como ya se ha visto– y los chavales han respondido bastante bien. Pero está claro que sobre ellos no puede caer la responsabilidad principal en los momentos difíciles que todavía faltan por llegar.
Lo sí parece es que el equipo deportivista está bien colocado para encarar la recta final de la competición, de la que todavía falta casi media vuelta y en la que la competición puede dar un vuelco. Lo veremos.